Con su venia, presidente.

Pocas fechas conmemorativas tienen la carga emocional e histórica que el 2 de octubre tiene para los mexicanos, pues quienes padecieron los hechos de aquella funesta tarde en la Plaza de las Tres Culturas en Tlatelolco se mantienen vigentes en nuestra memoria colectiva; todos ellos forman parte de ese pasado doloroso que no debe ser ocultado. De las ruinas de un régimen autoritario emergieron los cimientos de la apertura democrática que hoy permite la coexistencia de diversos ideales políticos, económicos y sociales.

Del 68 aprendimos que vivir bajo un esquema monolítico de ejercicio del poder que no escucha a los demás siempre lleva a la crispación social; aprendimos que es necesario incluir a todos los sectores sociales en la toma de decisiones públicas y atender las demandas que claman por un gobierno más abierto y apto para resolver las demandas de la población.

El movimiento de 1968 aglutinó a estudiantes, profesores, amas de casa, obreros, profesionistas e intelectuales, quienes participaron sin distinción de clase, fue un momento de cohesión donde pudo más la unidad que el miedo.

A 49 años de los trágicos sucesos que marcaron un antes y un después en la manera en la que se relaciona el gobierno con la sociedad, los avances en cuanto a diversificación de ideales políticos y sociales se ven reflejados en la composición de esta Cámara de Diputados, en donde ya no hay lugar para la mayoría absoluta, sino que se mantiene un debate constante e intenso para alcanzar consensos.

La libertad de expresión, que fue el gran tema de la lucha de aquella generación, ha sido reconocida como un derecho inherente a todas y todos los mexicanos, quienes pueden señalar todo aquello en lo que no están de acuerdo sin temor a ser censurados.

Prueba de lo anterior han sido las constantes movilizaciones organizadas por la sociedad civil para expresar sus demandas, sin que ello signifique una acción violenta en su contra por parte de autoridades de los tres órdenes de gobierno. Al contrario, se ha privilegiado el diálogo para conocer las inquietudes y demandas que son de interés general, permitiendo así el vínculo entre gobierno y sociedad.

En el 68 rostros juveniles y llenos de energía fueron la imagen del México que quería dar el siguiente paso en el desarrollo de los ideales democráticos y cuyo ímpetu y valor hoy honramos en el Pleno.

En esta fecha tan sentida, quienes integramos al Grupo Parlamentario del Partido Verde refrendamos nuestro compromiso para trabajar a favor de la libre manifestación de las ideas, la ampliación de los espacios de participación para los jóvenes en todos los ámbitos de la vida, incluyendo por supuesto la participación política y en la toma de decisiones, y que siempre nos pronunciaremos en contra de cualquier hecho de violencia y exigiremos que las autoridades gubernamentales locales o federales hagan lo necesario para castigar a quien atente contra la paz y seguridad de las familias mexicanas.

No claudicaremos y estaremos siempre dispuestos a trabajar desde nuestra trinchera para evitar que vuelvan a ocurrir hechos tan lamentables como la matanza de estudiantes en el 68 o los desaparecidos en Iguala, o en cualquier parte del país.

Ningún joven debe ver truncados sus sueños.

Ninguna familia debe sufrir la desaparición de un ser querido.

Muchas gracias. Es cuanto.

PARTIDO VERDE ECOLOGISTA DE MÉXICO