Con la venia de la presidencia.

Muchas gracias y bienvenidos todos los funcionarios que hoy nos comparten su visión en este diálogo constructivo para el país.

Me queda muy claro que la verdad no está del lado de quien grite más. Podemos tener visiones distintas. Lo que no podemos tener son hechos distintos. Los hechos son únicos. Acomodarlos de otra manera distinta es otra forma de mentir.

Queda claro que llegamos a este momento debido a que en otros tiempos, en otras legislaturas no se tomaron decisiones valientes y responsables, por miedo a asumir esos costos políticos.

En 2006 empezamos a subsidiar la gasolina, a mantener un precio artificial de ese insumo. Claro, sin el afán de polarizar, eran épocas de una bonanza petrolera y no les preocupaba el tema a muchos.

Entre 2006 y 2012 mandamos 1.3 billones de pesos al subsidio de la gasolina. Por ponerlo en perspectiva es 11 veces el presupuesto anual de la Ciudad de México, 11 años de lo que gasta la Ciudad de México. Eso se fue a subsidiar lo que hoy está aprobado a los tres deciles de más ingresos del país, 70 centavos de cada peso que subsidiamos con dinero de los mexicanos se lo llevaron los consumidores de mayores ingresos y sólo el 30 por ciento los que realmente lo necesitaban.

¿Y qué creen? No lo agradecieron y subsidiamos por igual al que usaba el diesel para llenar un tanque de un yate o un automóvil de lujo, que al que usaba el diesel para llenar su tractor y labrar la tierra, y ese subsidio es injusto y me extraña que posturas de izquierda lo quieran seguir apoyando cuando están viendo supuestamente por las necesidades de los más pobres.

La política pública fue equivocada y promovimos el uso del combustible, como bien lo señaló aquí el Secretario de Energía, pasamos de ser un país que a nivel mundial era el octavo consumidor de gasolina, a ser hoy el cuarto a nivel mundial en el consumo de gasolina, con todo lo que eso significa en la salud, y sobre todo en el medio ambiente, que genera gastos realmente altos en esos sistemas.

Por eso reconocemos que este Gobierno está actuando responsablemente. Claro está que de suyo era impopular, pero que tomó en cuenta todas las alternativas posibles y tiene un alto componente de solidaridad social. Qué bueno que dentro de las medidas anunciadas se esté tomando en cuenta con gran visión de Estado el promover la movilidad de las ciudades.

Celebramos que dentro de esas medidas se esté apoyando a los estados con el costo de los estudios para mejorar la movilidad urbana, e incluso que se esté contemplando otorgarles financiamiento. Se está hablando de lo que viene a ser el futuro. Aquí en el debate que hemos dado sólo hablan de construir más refinerías y seguir adictos al petróleo, porque las siguientes generaciones luego nos van a recriminar a nosotros, como nosotros recriminamos cómo se utilizó mal ese subsidio, que hayamos gastado miles y miles de pesos en financiar la adicción a la gasolina en vez de hacer una política pública de fondo que transforme y nos lleve a estar en sintonía con el concierto mundial que es alejarnos del consumo de los fósiles.

Ahora voy a mi pregunta. Llama la atención que en el contexto en el que se dio el anuncio del incremento al precio, se precedió por una crisis en el abasto de la gasolina casi a nivel nacional. Al principio se informó que la escases se debió a las malas condiciones climáticas, como en el puerto de Tuxpan, lo cual retrasó la descarga para la distribución en el interior del país.

No obstante la cosa no paró ahí, se fue extendiendo al centro, al norte, posteriormente al sureste. Las causas se agravaron y en ese momento se argumentó que era por las tomas clandestinas, luego por los bloqueos por el aumento de la gasolina, y pues, sí, queda claro que en el origen de esta crisis está el abasto de combustible en el país se encuentra en una tendencia histórica a la baja y cada vez es mayor la importación de gasolina que requerimos en el país para atender la demanda, sin que ello represente una reducción en su costo en la caída de los precios internacionales del petróleo.

Mi pregunta es al director de Pemex, es debido al impacto que representa esto en las finanzas de Pemex y en la economía nacional, si nos puede explicar ¿cuál es el costo que representan las importaciones de gasolina y a cuánto ascienden el volumen de las importaciones de gasolina?

Y, asimismo también preguntar para que se sume al tema, dentro del componente del costo de la gasolina ¿qué otras áreas de oportunidades va aprovechar Pemex para intentar impactar positivamente en el precio del combustible?, quizás en el costo del transporte, del almacenamiento, o mejorar el sistema para evitar robos de hidrocarburos, o ¿sólo se va dejar que el libre mercado sea el que ocupe esas áreas de oportunidad?

Muchas gracias.

PARTIDO VERDE ECOLOGISTA DE MÉXICO