Con la venia de la presidencia, compañeras y compañeros,

Diputados del pueblo de México, dicen que la gratitud es la memoria del corazón y el corazón de los mexicanos está hinchado de agradecimiento por los actos de esperanza, de valentía y de amor infinito a la vida de todas y todos los migrantes mexicanos que migran para sacar adelante a sus familias.

Migrar es tener el corazón partido en dos tierras, es dejar atrás la raíz para que florezca el sueño, es una decisión dolorosa, pero sumamente heroica, es la decisión de un mexicano que abandona su hogar, su historia, su gente en busca de dignidad y de crecimiento.

Hoy es un día de reconocimiento y de gratitud profunda, estamos aquí para honrar a quienes, desde la distancia, nunca han dejado de construir patria, para rendir homenaje a las mexicanas y mexicanos migrantes, héroes de la Nación, cuya valentía, trabajo y amor por México no conocen fronteras.

Más de 37 millones de mexicanas y mexicanos viven hoy en Estados Unidos, son hombres y mujeres que cruzaron desiertos, ríos y barreras no sólo físicas, sino de odio y discriminación, no migraron por capricho y aun así lejos de su tierra, nunca olvidaron a su país, nunca han olvidado de dónde vienen, lejos de sentir algún resentimiento porque tuvieron que partir siguen siendo parte fundamental de México.

A través de su trabajo, no sólo contribuyen con sus impuestos a la riqueza de Estados Unidos, sino que realizan los sueños de sus familias que están del otro lado de la frontera. Las remesas que nuestros compatriotas envían año con año no sólo sostienen la economía de millones de familias, representan el sacrificio, la esperanza y el amor por su patria. Ese esfuerzo merece nuestro reconocimiento eterno, hoy más que nunca resulta urgente levantar la voz en su defensa, porque mientras aquí le rendimos homenaje, allá enfrentan políticas de odio y criminalización.

Frente a esta adversidad nuestros migrantes, se han mantenido firmes, trabajando dignamente, resistiendo, respetando las leyes, dignificando y poniendo en alto el nombre de México. Por su sacrificio, por su enorme esfuerzo y patriotismo es necesario rendirles homenaje a estos héroes de la patria, como lo ha dicho nuestra Presidenta de la República, ni abandono ni indiferencia para nuestros migrantes.

Por ello, se implementó el programa "México te abraza", una política integral que involucra 18 dependencias federales y la red consular para proteger los derechos de nuestras hermanas y hermanos en el exterior, y hoy en este recinto de la soberanía popular, cumplimos con nuestro deber histórico, elevar su nombre al lugar que siempre les ha correspondido, el de los constructores anónimos de esta gran nación, no hay mayor acto de heroísmo que amar a México desde lejos, construir ladrillo por ladrillo a pesar de las adversidades, que mandar cada peso con sacrificio para que aquí en su tierra sigamos de pie.

Hoy decimos al mundo que las y los migrantes no son delincuentes, son trabajadores incansables, mujeres y hombres de buena voluntad y no son invisibles, son nuestras hermanas, nuestros hermanos, son héroes de carne y hueso, son México en el corazón del mundo.

 Por su sacrificio, por su amor a la patria, por su lucha diaria, amor con amor se paga, honor a quien honor merece. Por eso este muro de honor del Salón de Sesiones del Palacio Legislativo de San Lázaro, llevará por siempre la frase "a la comunidad mexicana migrante" en honor y gratitud a todas y todos aquellos que no han abandonado a su patria y la construyen día a día.

¡Que viva la comunidad migrante!

 ¡Que viva México!