Con su permiso senador presidente, compañeras y compañeros senadores:

El dictamen que el día de hoy se somete a nuestra consideración reviste la mayor de las relevancias desde diversos puntos de vista.

En el ámbito cultural, la propuesta de que el Congreso de la Unión declare el primer viernes de marzo de cada año como el “Día Nacional de la Oratoria”, exaltará el valor de esta habilidad para la comunicación, con consecuencias en el ámbito literario y hasta político.

Cualquier herramienta que promueva el diálogo entre las personas y, sobre todo, para el intercambio de ideas diversas, fortalece la civilidad, el entendimiento y la democracia en nuestro país.

Desde el punto de vista político, resalta que la propuesta de decretar un día nacional de la oratoria derivó de una iniciativa promovida por la Fundación Ealy Ortiz, lo cual demuestra que el Poder Legislativo Federal atiende cabalmente las inquietudes de la sociedad civil organizada.

Al respecto, la ocasión es propicia para hacer un reconocimiento distinguido al periódico “El Universal”, quien desde hace casi 90 años organiza el certamen más representativo de oratoria en nuestro país.

No debe quedar la menor duda de que los poderes del Estado y la ciudadanía, podemos trabajar de la mano en la promoción de temas culturales como el que hoy nos ocupa, con la expectativa de que esta dinámica de trabajo del Congreso de la Unión, también penetre en otros temas de la vida política nacional, a partir de una activa participación ciudadana.

Finalmente, y de manera muy particular, debemos reconocer que la oratoria juega un papel fundamental en los trabajos de los legisladores, pues constituye el vehículo para el debate de los temas que forman parte de la agenda política y legislativa del Senado de la República.

Por todo lo anterior, a nombre de los senadores que integramos el Partido Verde, expreso el apoyo de nuestro Grupo Parlamentario al presente dictamen, por el que se declara el primer viernes de marzo de cada año como el “Día Nacional de la Oratoria”.

Sin oratoria que exprese las diferentes ideologías representadas en esta asamblea, no hay debate, y sin debate, las decisiones tomadas por cualquier órgano legislativo carecen de la legitimidad republicana que demanda una ciudadanía cada vez más informada y exigente con quienes tenemos la alta responsabilidad de ostentar un cargo público.

Es cuanto señor Presidente.