Antes de comenzar quisiera solicitar tener un minuto de silencio ya que fueron dos periodistas, que en los últimos días fueron asesinados fuera de sus hogares en la ciudad de Tijuana.

Siendo de Tijuana, compañeros que conocí, quisiera solicitar un minuto de silencio para Margarito Martínez asesinado hace unos días y a Lourdes Maldonado que acaba de ser asesinada.

Con su venia presidencia;

Saludo cordialmente a la presidenta de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, María del Rosario Piedra Ibarra; quiero expresarle mi reconocimiento por conducto suyo, su presidenta a todos quienes conforman la Comisión Nacional de Derechos Humanos, por el trabajo que realizan todos los días en favor de quienes ven vulnerados sus derechos.

Es por ello que la comisión que usted preside juega un papel clave en el mantenimiento de la paz y el bienestar de las y los mexicanos, por ello, es una institución fundamental para el Estado.

En el contexto de contingencia sanitaria que vivimos, los derechos humanos se vuelven aún más relevantes, particularmente el derecho a acceder a servicios de salud y la universalidad de la aplicación de tratamientos y vacunas. Además del derecho al acceso a servicios básicos como el agua y la electricidad.

También queremos reconocer el acercamiento que la Comisión ha tenido con las víctimas directas e indirectas de violaciones a derechos humanos, así como organizaciones que representan a migrantes y desaparecidos. Lo cual refuerza el compromiso de esta institución en salvaguardar la vida y la integridad de toda persona sin distinción alguna.

Nuestro país ha ratificado numerosos tratados internacionales en materia de derechos humanos, entre los tratados del sistema interamericano destacan la Convención Americana sobre Derechos Humanos, la Convención Americana en materia de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, la Convención Interamericana sobre Desaparición Forzada de Personas, la Convención Interamericana para Prevenir y Sancionar la Tortura, entre otros.

A pesar de lo anterior, no podemos evitar mencionar que en los últimos años han sido documentadas graves violaciones a derechos humanos, que continúan lesionando en el presente, incluso después de once años de haberse aprobado una de las reformas más importantes en esta materia, la cual amplió las facultades de la CNDH para investigar violaciones graves y le dio competencia en caso de violaciones a derechos en el ámbito laboral.

Como señalan los últimos informes de la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos, una de las principales fuentes de violencia en México es la lucha contra el narcotráfico, heredada de administraciones pasadas, así como la consecuente militarización de diversas zonas del país, generando desapariciones forzadas, ejecuciones extrajudiciales, tortura, hacinamiento de las prisiones, homicidios de periodistas y ambientalistas.

A pesar de la magnitud que tienen estas problemáticas en nuestro país, por mencionar un ejemplo, no existe claridad respecto al número de personas desaparecidas y menos aún de personas víctimas de desaparición forzada.

En este orden de ideas, es indispensable que las instituciones del Estado mexicano, incluida la CNDH, adoptemos las medidas para mejorar de manera sustantiva la recolección y sistematización de este tipo de información, ya que, como señala la Organización de las Naciones Unidas, únicamente mediante investigaciones independientes, imparciales, completas y efectivas se pueden descartar potenciales desapariciones forzadas, que hoy, lamentablemente, es una de las grandes deudas pendientes que el Estado tiene con las y los mexicanos que tienen la desgracia de no saber el paradero de algún ser querido.

Es cuanto, muchas gracias.