Muchas gracias, con el permiso de la Presidencia.

Buenos días, señor Secretario, Maestro Román Meyer Falcón, muchas gracias por acompañarnos en este espacio.

Este 2020 ha sido complicado para todo el mundo por ser el año en que el COVID-19 se convirtió en pandemia, lo cual ha tenido efectos devastadores para muchas economías y ha llevado a todos los gobiernos a implementar acciones urgentes para detener la propagación de esta enfermedad.

Como sabemos, una de las medidas puestas en marcha a nivel internacional contra el COVID-19 es el confinamiento masivo, lo cual ha implicado en distintos momentos que millones de personas permanezcan en sus casas para disminuir los contagios y solamente salgan a realizar actividades esenciales.

Lo anterior ha propiciado la aparición de diversos fenómenos sociales muy negativos y la intensificación de otros que ya existían, por ejemplo, el incremento de la violencia en el hogar contra mujeres, menores de edad y personas vulnerables.

Es indudable que el encierro por varias semanas ha exacerbado las tensiones dentro de las familias, particularmente en estratos sociales de bajos recursos, caracterizados por habitar viviendas más pequeñas y por cargar con situaciones adicionales de estrés por la pérdida de ingresos o empleos, o bien, por el temor a perderlos.

En este sentido, la pandemia ha puesto al descubierto las fragilidades existentes en el tejido social y la falta de atención a problemas estructurales que ponen en riesgo los avances logrados en nuestro país durante las últimas décadas en temas como la igualdad de género.

No podemos perder de vista que en varios países latinoamericanos se registró un aumento significativo, en algunos casos del doble, en las denuncias de violencia doméstica y en los homicidios de mujeres y niñas desde que se impusieron las cuarentenas para contener el virus.

Si bien es cierto que el tamaño de la vivienda no es un factor determinante para que se dé una agresión, si se tiene identificado que la condición de hacinamiento en el que se encuentra una familia puede contribuir para que haya hechos de violencia física, sexual o emocional, especialmente en contra de los integrantes más débiles de la misma.

Los efectos negativos generados por el COVID-19 en la sociedad, más allá del ámbito sanitario, hacen evidente que debemos seguir actuando desde una perspectiva multidisciplinaria y de manera transversal para asegurar que nuestras niñas, adolescentes y mujeres cuenten con espacios en donde puedan sentirse seguras y estar a salvo dentro de su propio hogar.

Para lograr lo anterior es necesario continuar con la implementación de políticas públicas que incidan directamente con la calidad y tamaño de la vivienda de los grupos más vulnerables de la sociedad, toda vez que por medio de acciones puntuales en la materia se pueden reducir las condiciones de hacinamiento en las que hoy viven millones de familias mexicanas.

En ese sentido, con todo respeto señor Secretario, me gustaría pudiera explicarnos:

¿Qué acciones está llevando a cabo el Gobierno de México a través de la SEDATU para combatir el hacinamiento en los hogares mexicanos y contribuir a través de ello a evitar la violencia ejercida en contra de niñas, jóvenes y mujeres en nuestro país?

Le agradezco de antemano por su amable respuesta.

Es cuanto.

PARTIDO VERDE