Con su venia Presidenta.

Compañeros y compañeras senadoras,

Hoy es un día histórico para la justicia social en nuestro país, espero que sea solo uno de muchos que aprobemos modificaciones que nos pongan en el camino para terminar con estructuras económicas, legales, culturales y sociales que perpetúan la discriminación y la invisibilidad de millones de personas.

Con la aprobación de este dictamen que modifica tanto la Ley Federal del Trabajo como la Ley del Seguro Social, se reconoce el trabajo de personas trabajadoras del hogar como lo que es: un trabajo. Estas modificaciones impactarán en la formalización de las condiciones de trabajo de más de 2 millones de personas.

En México, la tasa de informalidad laboral es de 57.2%. En el caso de las personas trabajadoras del hogar, el porcentaje se incrementa a 97%. De acuerdo con cifras del INEGI, aproximadamente 9 millones 400 mil personas se benefician directamente de sus ingresos.

En ese sentido, esta iniciativa podría mejorar la vida de más de 11 millones de personas en nuestro país.

Se dice que su trabajo es invisible pero no lo es, ha sido invisible porque así lo decidimos como sociedad. Durante muchos años nos negamos a reconocer su trabajo como trabajo.

Fue invisible porque pensamos que en nuestros hogares se llegaba a acuerdos meramente privados sin cabida para el ejercicio de derechos laborales, por ello hoy no sólo se modifican leyes sino que comienza una lucha por reconocer y hacer visible la discriminación en nuestras prácticas cotidianas y terminar con ellas.

Ojalá que lo aprobado hoy también profundice la reflexión sobre la necesidad y urgencia de diseñar políticas de conciliación entre la vida y el trabajo, de construir un sistema de cuidados digno e integral.

Este dictamen busca terminar también con lógicas racistas y clasistas que han excluido, discriminado y violentado a un enorme sector de la población, uno que además está conformado principalmente por mujeres.

Prácticas como el trato desigual, el abuso, las jornadas laborales sin descanso y de más de 12 horas, insultos, despidos injustificados, van a terminar.

La idea de que "son como de la familia" y por ello, deben de regalar su trabajo, su tiempo y su cuidado, va a terminar.

Van a terminar porque en una sociedad de derechos no hay cabida para regímenes especiales y excluyentes como al que hasta ahora han estado sometidas. Van a terminar porque miles de personas trabajadoras del hogar como Marcelina Bautista, y organizaciones como el Sindicato Nacional de Trabajadores y Trabajadoras del Hogar, el Centro de Apoyo y Capacitación para Empleadas del Hogar, la organización Nosotrxs, el Instituto de Liderazgo Simone de Beauvoir, Hogar Justo Hogar y muchas otras dijeron: basta.

Van a terminar porque las personas trabajadoras del hogar se organizaron, tocaron puertas y no se rindieron cuando les dijeron que garantizar sus derechos laborales no era económicamente viable.

Van a terminar porque servidoras públicas como Alexandra Haas, presidenta del CONAPRED, no se cansaron de insistir y de repetir que esta es una deuda de justicia social que no podíamos demorar en saldar.

Van a terminar porque senadoras como Xóchitl Galvez, quien me consta que fue de mesa en mesa, a convencernos a sumarnos en esta lucha , Patricia, Claudia, Kenia, Citlali, Damián, Malú, Mayuli y Napoleón, decidieron buscar el cómo sí.

En el Grupo Parlamentario del Partido Verde acompañamos y celebramos este dictamen, que esperamos sea aprobado por unanimidad. Además, estamos convencidas y convencidos que aún quedan pendientes por resolver, y por ello seguiremos insistiendo en la urgencia de ratificar el Convenio 189 de la Organización Internacional del Trabajo. Lo haremos con la firme convicción de que no hay forma de continuar escribiendo la historia de México sin incluir en ella a las y los trabajadores del hogar de manera digna, con todos sus derechos, como protagonistas. Felicidades.

Muchas gracias.