Primero que nada quisiera reiterarles mi agradecimiento por estar aquí con nosotros por haber venido cada uno de ustedes desde tan lejos a acompañarnos en el inicio de los trabajos de esta importante iniciativa, de este importante reto.

Nuevamente quisiera que pudié​ramos delinear las acciones para que pudi​é​ramos conformar un plan de trabajo para la red, como mencione anteriormente tenemos el privilegio de vivir en una región riquísima en recursos naturales, ninguna parecida a la que tenemos a la de este lado del hemisferio.

Para ponerlo en contexto les cuento un poco sobre la riqueza natural de nuestros países:

La región entera tiene más o menos 700 millones de hectáreas de tierra potencialmente cultivable, de los cuales 570 millones de hectáreas de praderas, 800 millones de hectáreas de bosque y cerca del 27 por ciento del agua dulce disponible en el mundo, o sea que somos responsables de casi el 30 por ciento del agua dulce dispon​i​ble en el mundo.

Los países megadiversos de la región cubren menos del 10 por ciento de la superficie terrestre, pero contienen aproximadamente el 70 por ciento de las especies de mamíferos, aves, reptiles, anfibios, en fin, de plantas e insectos conocidos por todo el mundo.

Así que tenemos una gran responsabilidad de cuidar este 70 por ciento de diversidad de nuestras especies, además de esto, el 50 por ciento de la vida vegetal que se encuentra en el Caribe particularmente, no se da en ninguna otra zona del planeta, por lo que sin duda tiene un gran privilegio.

Con respecto a las Áreas Naturales Protegidas, las cuales son algunos de los instrumentos más eficaces para proteger nuestra riqueza natural, porque por supuesto nos dotan de certeza jurídica y operativa para la protección de las especies:

Hablemos de América del Sur, sin contar a Brasil, tiene en la actualidad, mil 507 Áreas Naturales Protegidas terrestres, que cubren más o menos el 22 por ciento de la superficie terrestre subcontinental, además de esto tiene reservas marinas.

En Centroamérica las Áreas Protegidas terrestres cubren más de la cuarta parte de su superficie; en particular, Costa Rica, y Panamá cuentan con una gran proporción de estas tierras protegidas.

En el Caribe hay 973 sitios protegidos, de los cuales muchos se encuentran en áreas marinas.

Por su parte, en mi país en México tenemos alrededor de 177 Áreas Naturales Protegidas Federales que cubren alrededor de 26 millones de hectáreas, esto es casi el 13 por ciento del país, sin duda queda mucho por hacer, pero estamos en camino como lo han visto hay una relación de mucha cordialidad, de muy buen trabajo y de apoyo entre el poder legislativo, entre el poder ejecutivo, el Secretario dando una de la prioridades que ha sido precisamente el porcentaje de hectáreas en nuestro territorio nacional para hacerlas áreas naturales protegidas.

También por otro lado me gustaría decirles que en nuestra región generamos un conjunto aproximadamente del 12 por ciento del total de las emisiones de CO2 a nivel mundial.

Así tenemos sin duda una gran tarea en nuestras manos y me queda claro que la condición de nuestros países es más o menos similar, precisamente hablando con nuestros secretarios técnicos, señor Alejandro Posado le decía como en esta región compartimos mucho de los problemas, pero también quizá hemos estamos en falla en no ahondar en las distintas soluciones posibles que realmente son una opción para cada uno de nosotros.

En síntesis, contamos colectivamente con un capital natural, sin duda, de enorme importancia. En nuestros países se encuentran algunos de los pulmones más relevantes para la salud del planeta y en términos relativos la aportación más significativa al tema de biodiversidad.

Por supuesto nos convierte en proveedores naturales de servicios ecológicos que son imprescindibles para la viabilidad de las economías de la región y la sostenibilidad del desarrollo humano a nivel global.

Otro de nuestros grandes retos es el establecer un marco de gobernanza sólido, que incorpore la gestión del capital natural, la participación pública, la educación y una cultura de conciencia ambiental so​s​tenible.

Además, nuestra región demanda reducir la brecha entre la política y desarrollo sustentable, para abrir camino a una economía verde, de bajas emisiones de carbono y de un uso eficiente de los recursos.

El modelo de desarrollo actual podrá haber generado crecimiento económico, pero también, sin duda ha generado una degradación ambiental y desintegración social.

La verdad es contundente me parece que América Latina y el Caribe son las regiones con más desigual del mundo. Contamos a la vez con polos de desarrollo muy dinámicos, sumamente integrados a la economía internacional, así como una amplia población en condiciones de pobreza y marginación extrema.

Nuestro reto principal es hacer realidad el tema de que el desarrollo humano sustentable con beneficios en equidad para todos.

Por ejemplo, las personas que menos tienen, sobre todo las mujeres y niños de nuestra región son quienes más sufren los estragos del cambio climático y de los desastres naturales. Es algo que frecuentemente se observa a lo largo de las noticias, a lo largo de todas las notas que leemos. Y somos también la segunda región a nivel mundial más afectada por los desastres naturales.

Necesitamos que los objetivos del desarrollo sustentable sean un producto de un trabajo integral, que incluya a la vez profesionalización de legisladores que a su vez cuenten con el apoyo técnico sin duda del recurso humano calificado, creo que ahí es el mayor reto, que todos hemos pasado por ahí.

Necesitamos promover mecanismos para aumentar la capacidad de gestión y planificación de nuestras instituciones y a su vez mejorar la capacidad de adaptación al Cambio Climático y la mitigación de los desastres en nuestras regiones.

Necesitamos consolidar un marco de gobernanza sólido, que incorpore la gestión del capital natural, la participación pública, la educación y la cultura de conciencia ambiental en un solo bloque.

Necesitamos reducir la brecha entre política y desarrollo sustentable, para abrir camino hacia una economía más verde, de bajas emisiones de carbono y por supuesto de usos eficientes de los recursos.

¿Cuántas veces hemos coincidido en que uno de los grandes retos que enfrenta las Américas es la inconsistencia del marco legal aplicable?. Lo he platicado con varios de ustedes y siempre decimos lo mismo, cuántas veces hemos coincidido en que no hay que legislar en cantidad, sino en calidad.

Creo que ya llegó la hora de darnos la oportunidad de fortalecer realmente nuestras capacidades como legisladores y como parlamentarios, tanto en materia ambiental como en desarrollo sustentable. Así en lo técnico como en lo profesional.

Como Presidenta de la Comisión de Medio Ambiente del Senado de la República aquí en mi país, México, he identificado, con mis colegas en distintos foros, la necesidad de fomentar el intercambio de información en materia ambiental.

He insistido en establecer una red que cuente con el apoyo de aliados estratégicos, organismos internacionales y los expertos en la región que vengan, que nos digan que podamos intercambiar, de nutrirnos de diferentes ideas, pero sobre todo de diferentes marcos que hayan funcionado.

He destacado la importancia de fortalecer a los parlamentarios de América Latina y el Caribe, uniéndonos todos en una sola voz para tener más peso a nivel mundial.

Una Red que permita en primera instancia, ofrezca la oportunidad de presentarnos como un bloque unido, de cara a la Conferencia de Partes de la Convención Marco de Naciones Unidad sobre el Cambio Climático que se va a realizar muy pronto aquí en mi país o en otras conferencias de las partes se sucederán a lo largo de los tiempos.

Un bloque unido que de manera específica, en el componente legislativo que ha sido adherido a este importante foro.

Se trata de integrar una Red Parlamentaria que nos permita cumplir con los siguientes objetivos:

· Facilitar el intercambio de experiencias y buenas prácticas sobre los procesos legislativos en materia ambiental.

· Establecer criterios para la elaboración de proyectos de legislación y de incidencia ambiental, orientados a la efectividad de la legislación, su aplicación y cumplimiento.

· Promover un Plan Estratégico de Colaboración en materia de Derecho Ambiental y Diplomacia Parlamentaria en las Américas.

· Facilitar la preparación y la formación de los legisladores en materia ambiental y en desarrollo sostenible, así como a los apoyos técnicos

· Apoyar el intercambio de diplomacia en actividades e iniciativas sobre Derecho Ambiental.

· Garantizar espacios adecuados y oportunos para ser el foro que promueva y respalde planes de acción, acuerdos y programas muy concretos que se refieren a este tema ambiental y que los ámbitos global, hemisféricos y regionales realmen​te podamos concretar acciones que nos permitan avanzar

· Por último, consolidar un mecanismo de transparencia y rendición de cuentas que tanta falta hace en los temas ambientales.

Así que seguramente los legisladores y los parlamentarios de las Américas nos vamos a ver beneficiados al integrar una Red que nos dé la posibilidad de trabajar unidos para fortalecer el diseño y la ejecución de nuestras políticas ambientales.

También se verán beneficiados el Poder Ejecutivo y el Poder Judicial y, de manera directa, lo que más nos debe importar, por supuesto, que se vea beneficiada la sociedad en general, pero en un marco de transparencia y en un marco de puntualidad creo que podemos hacer un círculo virtuoso para todas las partes.

A partir de los recursos limitados y finitos con los que contamos en América latina y el Caribe lo verdaderamente importante es que el desarrollo, la prosperidad y el bienestar humano estén ligados a la protección del medio ambiente. Con lo poco que tenemos podemos hacer mucho, me queda claro que tenemos circunstancias adversas pero sobre todo en estos momentos en los que nuestra región está enfrentando múltiples retos asociados por la pobreza, por el cambio climático, por la merma de alimentos y por el deterioro de los recursos naturales, necesitamos estar unidos.

Estoy segura que con esta Red Interamericana de Legisladores por el Medio Ambiente (RILEGMA) para América Latina y el Caribe, al menos podremos garantizar la aplicación y el cumplimiento efectivo de esta legislación ambiental.

Agradezco de corazón a todos y cada uno de los que están aquí por el esfuerzo, por el compromiso, por el interés con la agenda ambiental, con el futuro de nuestra región. Me encantará trabajar mano en mano con cada uno de ustedes, cuentan con todo mi apoyo y de verdad muchas gracias.