Diputado Marco Gomez

Con la venia de la presidencia.

Existen diversas tendencias a nivel mundial que han demostrado ser eficientes para mejorar el manejo de los residuos, una de ellas es el principio Basura Cero, el cual es un concepto de vida sustentable que consiste en disminuir, aprovechar y valorizar al máximo los residuos que actualmente generamos. Incorporar este principio en las políticas de gestión de los residuos es uno de los principales retos ambientales para nuestro país.

Los residuos en México tienen un gran potencial para ser aprovechados a través de tecnologías que ya son una realidad en otros países, por ejemplo, la valorización energética, mediante la cual se aprovechan los residuos con alto valor calorífico para producir combustible y generar electricidad; y la biodigestión, gracias a la cual se aprovecha el gas metano que genera la descomposición de los residuos orgánicos.

En ambos casos, la energía obtenida por dichos procesos puede ser utilizada para hacer funcionar el alumbrado público o como combustible para los diversos sistemas de transporte, con lo cual no sólo se disminuye el impacto ambiental negativo de los residuos, sino que también se generan ahorros en la gestión pública, particularmente en el ámbito local.

Según la cifra más reciente, publicada en 2015, en México se generan anualmente 53.1 millones de toneladas de residuos, lo cual representó un aumento del 61.2 por ciento con respecto al volumen generado en el año 2003. Lo anterior significa que diariamente se producen 145,479 toneladas de basura; expresada por habitante, la cifra alcanza 1.2 kilogramos en promedio por día. Una cantidad significativa de los residuos que se generan en nuestro país podría, una vez agotadas las posibilidades de reutilización y reciclaje, someterse a procesos como la biodigestión y la valorización energética, ayudando con ello a reducir las emisiones contaminantes a la atmósfera.

No está de más recordar que México se comprometió a reducir al año 2030 la emisión de 13.35 millones de toneladas de dióxido de carbono por captura y quema de biogás en rellenos sanitarios y la mitigación de 0.65 millones de toneladas de dióxido de carbono evitando la quema de residuos a cielo abierto, por lo que se debe trabajar en fomentar la recuperación y aprovechamiento de los residuos sólidos urbanos, con la finalidad de reducir la cantidad de residuos que es destinada a los sitios de disposición final y tratar de reincorporar parte de éstos a la cadena productiva.

Un ejemplo destacado de la utilización de residuos para la producción de biogás es el Sistema de Transporte Colectivo Monterrey, en Nuevo León, donde desde el año 2006 el Metro de Monterrey se mueve gracias a la energía eléctrica generada a partir del gas metano obtenido de la descomposición controlada de residuos orgánicos. Lo anterior evita la emisión de gases contaminantes a la atmósfera y supone un ahorro en términos económicos, pues la energía eléctrica generada a partir de residuos es más barata que la generada de modo convencional.

No obstante lo anterior, de acuerdo a Alejandra Castro González, investigadora del Departamento de Sistemas Energéticos de la Facultad de Ingeniería de la UNAM, en nuestro país se aprovecha sólo el 2.4 por ciento del biogás potencial de rellenos sanitarios.

Actualmente, la termovalorización es la solución preferida en Europa para los restos de residuos sólidos urbanos, una vez agotadas las posibilidades de reciclado que están al alcance de los distintos países. En 2014 estaban en funcionamiento en Europa un total de 482 plantas de termovalorización, abasteciendo de electricidad a 17 millones de habitantes y de calefacción a otros 15 millones.

Noruega por su parte, cuenta con una planta de recuperación de energía con la capacidad de proveer calor y electricidad a todas las escuelas de Oslo, su capital, y proporcionar calor a 56 mil hogares.

En cuanto respecta a nuestro país, en la Ciudad de México se inició en el año 2017 la construcción de la primera planta de termovalorización de Latinoamérica. Con ello se busca generar energía para movilizar las 12 líneas del Sistema de Transporte Colectivo Metro a través del aprovechamiento de 4.5 toneladas de residuos que se producen en la capital del país.

Es en este contexto, estimamos necesario armonizar el marco normativo nacional en materia de producción de energías limpias y el uso de los residuos sólidos derivados del consumo humano y animal, estableciendo en la Ley General para la Prevención y Gestión Integral de Residuos la obligación de utilizar los residuos urbanos, orgánicos e inorgánicos, para la producción de energía eléctrica.

Es cuanto.

PARTIDO VERDE