Agradezco a nombre del diputado Federico Döring y su servidora las miles de firmas que respaldaron esta iniciativa, muchísimas gracias.

Señoras y señores legisladores:

Desde el 11 de diciembre de 2013, la Ley del Impuesto al Valor Agregado exentó a los alimentos para mascotas de la tasa 0%, lo cual implica que ahora el precio está gravado con el 16 % de IVA.

Revertir esta disposición, ha sido en estos tres años una demanda reiterada de las organizaciones civiles dedicadas al rescate y la protección animal, así como de las familias mexicanas, debido a que la afectación que sufren en su economía.

La realidad de los perros y gatos en México es compleja. Por un lado, existe un gran número en situación de calle, lo que se incrementó con el aumento del IVA en los alimentos, debido a la imposibilidad de muchas personas para subsanar el costo.

Lo cual trae consigo diferentes problemas sanitarios, además de constituir una forma de maltrato animal.

Maltrato que ha sido visibilizado en los últimos años, no sólo por el sufrimiento que propina a los seres vivos, sino también porque la violencia hacia los animales está estrechamente relacionada con la violencia social.

Por otro lado, afortunadamente cada día somos más quienes hacemos de las mascotas un integrante más de la familia. De ahí que se les ha denominado los hijos del siglo XXI.

Hoy, de manera generalizada la sociedad le apuesta a una cultura de respeto y cuidado de los animales. Las organizaciones de la sociedad civil y las instituciones públicas coinciden en la necesidad de que los poseedores de las mascotas sean "dueños responsables".

Por razones éticas, sanitarias, culturales, estéticas, sociales, económicas, o cualquier otra, el consenso apunta a que las mascotas no vivan en las calles; tengan comida, agua y un techo para vivir; se recojan sus heces fecales; estén vacunadas; y en general, se haga todo lo necesario para su bienestar y para una mejor convivencia con los seres humanos.

De ahí, las campañas de vacunación, esterilización y el fomento de una cultura de cuidado y respeto emprendida tanto por las instituciones públicas como por las asociaciones privadas.

En diversos espacios he sostenido, que es necesario asumir como sociedad la responsabilidad ética que tenemos con los animales y los deberes a que estamos obligados.

No tengo duda de que en el caso de las mascotas, debemos asumir obligaciones semejantes a las que se tendría con un amigo o familiar dependiente que no puede valerse por sí mismo.

Necesitamos entender plenamente que los seres humanos y los animales evolucionamos juntos. Nosotros los domesticamos para nuestro beneficio y nosotros como humanidad tenemos una deuda con ellos.

Debo aclarar que, alrededor del 50% de los hogares mexicanos de todos los estratos socioeconómicos tienen un animal de compañía.

Para ser precisa, no existe relación entre el poder adquisitivo y la posesión de mascotas, contrario a lo que estableció la argumentación que dio origen al impuesto referido.

Cobrar el IVA al alimento de las mascotas, resulta una acción contraria a la realidad del país, a la ética, a las necesidades humanas y a las propias políticas públicas que se están implementando en los diferentes niveles de gobierno.

Cuidar y alimentar a una mascota no puede ser considerada una acción exclusiva de las clases privilegiadas. Las mascotas no constituyen un lujo porque la compañía no es un lujo, sino una necesidad de los seres humanos en tanto seres sociales.

Las mascotas, son integrantes activos e importantes para las familias mexicanas y contribuyen a la estabilidad física, mental y emocional de sus miembros.

En suma, el IVA al alimento de las mascotas, es un impuesto regresivo y antisocial que desincentiva la responsabilidad de los dueños, desalienta importantes valores humanos, y atenta contra la economía de las familias.

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