“Un México Próspero”, esa es la premisa con la que se ha venido desarrollado la política económica nacional y, sobre la que hoy daremos inicio a la discusión sobre los avances y retos que enfrenta nuestro país en el ámbito económico, en uno de los ejercicios democráticos de mayor trascendencia en nuestro país; el análisis del Segundo Informe de Gobierno.

Así, en cumplimiento a nuestra obligación con la sociedad de hacer una revisión sobre el quehacer del Ejecutivo y contribuir a la transparencia de sus acciones, reconocemos el trabajo de la presente administración para asentar las bases que lograrán en el futuro un crecimiento económico y hacer un esfuerzo para que éste sea de manera sostenida e incluyente y con un verdadero impacto sobre la disminución de la pobreza y el nivel de vida de la población.

Al cierre de este año se proyecta un crecimiento económico cercano al 2.7 por ciento. Un crecimiento, que estamos conscientes en el grupo parlamentario del Partido Verde Ecologista de México, es insuficiente.

Es por ello, que este Congreso, en apoyo a esta administración, ha impulsado reformas transformadoras que nos llevarán a un futuro mejor y a niveles de crecimiento que requiere nuestra nación.

Las reformas constitucionales refrendadas por esta Cámara, así como las leyes secundarias aprobadas a lo largo de nuestro encargo legislativo, son muestra del compromiso con el gran proyecto nacional, lo que sin duda, convierte a esta Legislatura en parte de este gran movimiento transformador, que impulsará a nuestro país hacia el crecimiento y desarrollo.

Estamos convencidos de que las recientes reformas y, en particular, la de telecomunicaciones, competencia económica, energética y financiera, son el inicio del impulsado de cambio que necesita México para crecer, pues es una realidad que bajo los esquemas actuales no será posible alcanzar los niveles deseados.

Pese a lo anterior, debemos reconocer que la presente administración también ha sido consciente de la necesidad de implementar una política de estabilidad económica, por lo que el ejercicio de un mayor gasto y en forma más ágil, ha sido fundamental para alcanzar las metas presupuestales y potencializar las posibilidades reales de crecimiento de nuestro país.

La falta de crecimiento y el decremento de la actividad petrolera, ligado a la baja de los precios del petróleo, no ha impedido el ejercicio de un mayor gasto público. En el periodo de enero a julio del presente año, el gasto neto presupuestario del sector público ascendió a casi 2.6 billones de pesos, lo que significa un monto superior al año anterior de 10.7 por ciento.

Es importante resaltarlo por las razones que ya les manifesté en relación a los ingresos petroleros, de los cuales tenemos una gran dependencia.

Durante los primeros siete meses del año, el gasto en inversión física tuvo un incremento real de casi 29 por ciento, mientras que el gasto en subsidios, transferencias y aportaciones corrientes tuvo un aumento real de 22.7 por ciento, todo esto en relación al año 2013.

De igual forma, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, ha procurado un mayor presupuesto hacia las Secretarías que tienen un impacto crucial sobre la actividad económica como son la Secretaría de Energía, la Secretaría de Turismo, Comunicaciones y Transportes, y Conacyt.

Todas ellas, en la parte de infraestructura, por supuesto, en la parte de captación de recursos del exterior que vienen a visitarnos a nuestro país; así como educación, ciencia y tecnología.

A pesar de lo anterior, se ha impulsado y mantenido una fuerte política de austeridad y disciplina presupuestaria, lo que nos ha permitido ahorrar más de 257 millones de pesos, que hoy sabemos en qué parte se ahorraron y en el futuro los podremos destinar a un gasto público mejor.

Asimismo, los recursos canalizados a las entidades federativas y municipios a través de participaciones, aportaciones y otras transferencias aumentaron más del 11 por ciento, en términos reales. En particular, las participaciones federales han tenido un aumento de casi el nueve por ciento.

Todo ello, es una clara muestra del compromiso hacendario respecto a la conformación de una política fiscal responsable, de gasto útil, ligado a mayor inversión y fortaleciendo el federalismo.

Sin embargo, debemos entender que el crecimiento económico, si bien tiene un gran sustento en la política fiscal y monetaria del país, también debe tener un soporte fundamental: la competitividad, misma que debería traducirse en mayores utilidades, empleos y salarios.

¿De qué hablamos? De realmente sentir una diferencia en nuestro poder adquisitivo, lo que sin duda lograremos con las reformas transformadoras que hemos impulsado en este Congreso.

Según las estimaciones del Banco de México, y este dato sirve, en particular, para saber por qué se impulsaron esas reformas, el Fondo Monetario Internacional estima que el Producto Interno Bruto per cápita de México se ubica por persona en 10 mil 630 dólares anuales, lo cual es la mitad de países como Corea del Sur, Hong Kong, Malasia, Singapur y Tailandia.

Lo anterior, junto con el reciente indicador publicado por el Fondo Monetario Mundial, al que ya se hizo referencia, que nos sitúa en el lugar 55 de 148 economías evaluadas, es aún mayor sustento para señalar que las reformas estructurales que hemos impulsado, son necesarias y que el país está tomando un rumbo correcto.

Es por ello, que uno de los principales retos de este gobierno y de México como país, es lograr incrementar los estándares de calidad y productividad, y aminorar la dependencia del exterior, en particular, la que tenemos en materia energética, a fin de lograr un beneficio directo sobre nuestro poder adquisitivo.

Por lo pronto, los mecanismos para aumentar la competencia en el mercado mexicano y el incremento del crédito interno al sector privado, representan una gran contribución que sin duda impactarán el crecimiento de la micro, pequeña y mediana empresa, y de los trabajadores; ya que esto les dará mejores oportunidades de desarrollo a futuro.

La política de control inflacionario continúa, sin embargo la inestabilidad y crecimiento de los precios de los alimentos es un factor que preocupa a mi grupo parlamentario, el Partido Verde Ecologista de México.

De manera que las acciones emprendidas para asegurar la solvencia alimenticia de la población, como la Cruzada contra el Hambre y el programa “Progresa”, son políticas sociales que sin duda complementan las medidas económicas en la lucha contra la pobreza y la desigualdad.

ElInforme de Gobierno reporta que al finalizar el segundo trimestre de 2014, el número de trabajadores afiliados al IMSS creció a un ritmo del 3.5 por ciento, el mayor de los últimos 12 meses, mejorando como consecuencia, el consumo y la inversión.

Si bien lo anterior es un dato alentador, la economía informal continúa ganando terreno, actualmente tenemos una tasa de informalidad laboral cercana al 53 por ciento de la Población Económicamente Activa, lo que representa un poco más de 28 millones de mexicanos .

La estabilidad de los indicadores macroeconómicos no hace ningún sentido a nuestra sociedad, sino es a través del mejoramiento de la economía real y de nuestro poder adquisitivo.

De manera que los nuevos proyectos de inversión, como la construcción del nuevo aeropuerto de la Ciudad de México, que por cierto, no generarán deuda pública, demuestran el esfuerzo de nuestro Ejecutivo por buscar mecanismos que detonen el empleo formal y ofrezcan a los ciudadanos más y mejores oportunidades de desarrollo. Son acciones como ésta, las que México requiere para crecer.

En el manejo de las finanzas públicas, es destacable el éxito de la reforma fiscal; en particular, el régimen de incorporación fiscal y el de seguridad social.

Ya mencionamos el dato del Seguro Social y también es importante mencionar el dato de incorporación fiscal, que ha aumentado un siete por ciento los ingresos tributarios no petroleros, e incrementó más de 1.2 millones la base de contribuyentes, lo cual implica un esfuerzo de la Hacienda Pública por disminuir la dependencia hacia los ingresos tributarios petroleros.

Lo anterior permitió al país enfrentar durante el primer semestre de este año, la disminución de los ingresos petroleros que fueron del orden de 590 mil millones de pesos, como consecuencia de las reducciones registradas en el precio de la mezcla mexicana de petróleo y la plataforma de producción, lo cual, reafirma la necesaria transformación que requiere nuestro país, tanto en ese mercado como en muchos otros.

A pesar de lo anterior, el gobierno fue capaz de mantener los niveles de gasto necesario y proyectados para el ejercicio fiscal correspondiente y, como ya lo mencioné también, incluso generar un ahorro.

Finalmente, el grupo parlamentario del Partido Verde, hace un amplio reconocimiento a la administración del Presidente Enrique Peña Nieto, al impulsar y orientar dentro de la política económica nacional, un crecimiento verde incluyente y facilitador para preservar nuestro patrimonio natural, al mismo tiempo que genere riqueza, competitividad y empleo.

Esta visión nunca había sido tan clara dentro de las políticas públicas de nuestra nación, y tampoco había sido implementada con tal contundencia para generar cambios que impacten efectivamente al mercado y, por ende, a la sociedad.

La Glosa del Segundo Informe de gobierno, que hoy analizamos, sin duda ocupará un mayor estudio por parte de esta Legislatura. Durante este periodo ordinario de sesiones, continuaremos trabajando en él y será el sustento de muchas de las propuestas que gestaremos en un afán constructivo y propositivo por mejorar nuestro país.

Los diputados del Partido Verde Ecologista de México, continuaremos impulsando y apoyando desde nuestro ámbito de competencia al poder Ejecutivo para lograr la transformación del sistema productivo mexicano que nos lleve a un mayor crecimiento.

Gracias.

 

 

PARTIDO VERDE ECOLOGISTA DE MÉXICO