Con la venia de la Presidencia:

Ha sido un verdadero honor y todo un placer haber compartido estos casi tres años con todas y todos ustedes.

Hoy que termina este último periodo ordinario de sesiones me llegan muchos recuerdos a la cabeza. Unos alegres y otros no tanto, pero al final todos buenos porque nos han permitido crecer como personas y, sobre todo, ayudar a la gente que nos puso aquí con su voto.

Creo que hemos hecho bastante, pero México es un país tan complejo que siempre quedan cosas por hacer. Además, todavía nos quedan varios meses que debemos aprovechar al máximo para cumplir todo aquello que le prometimos a la gente cuando le pedimos su voto.

Recordemos que mientras más avancemos en cumplirles a los ciudadanos, más rápidamente conseguiremos recobrar su confianza, esa que tristemente hemos perdido porque no hemos sabido responderle en los momentos más difíciles.

Hoy que concluye el último periodo de sesiones, definitivamente es momento de que todos hagamos una pausa en el camino para hacer un examen de conciencia sobre lo que hemos hecho o dejado de hacer.

Lo digo porque la mayoría de los políticos en el discurso siempre decimos lo que se necesita hacer, pero la verdad es que rara vez lo llevamos a cabo. Todos hablamos del bien común pero muchas veces se nos olvida lo que eso significa y nos preocupamos más por nuestro futuro político o por el de nuestros Partidos.

Todos llegamos aquí con una agenda legislativa producto de aquello que le ofrecimos a la gente para ganar la elección. Cada agenda estuvo y sigue estando llena de grandes propuestas, cada una con la intención de solucionar una problemática concreta o una necesidad de un sector determinado de la sociedad.

Estoy seguro de que si todos los Partidos vieran aprobadas la mayoría de sus propuestas, la sociedad estaría mucho mejor, más contenta y con menos resentimiento. Pero tristemente pasamos más tiempo pensando en lo que le conviene a nuestros institutos políticos y no en lo que le conviene al pueblo de México.

En las agendas de todos los Partidos hay muchas propuestas que tienen viabilidad, pero siendo realistas, en lugar de ver el cómo sí se pueden sacar adelante, muchas veces algunos las bloquean bajo el argumento de que después se podrían utilizar electoralmente.

Y yo me pregunto: ¿pues qué no estamos aquí para eso, para cumplir lo que prometimos en las campañas y poder regresar con la gente y decirles con orgullo "misión cumplida"?

¡Eso es lo que quieren los mexicanos: políticos que cumplan, que sean trabajadores, responsables y con palabra!

Pero en los hechos esto no pasa y los únicos que pierden, como siempre, son las y los mexicanos. Las propuestas son ignoradas y en el peor de los casos, como ya mencioné, hasta bloqueadas, sin ponernos a pensar que en realidad al único que dañamos es a México.

Esto es algo que debemos reconocer para poderlo corregir. De lo contrario seguiremos haciendo de la política algo personal, deteniendo todo ese bienestar que están esperando millones de personas.

Sé que los tiempos que estamos viviendo son muy difíciles. Nuestra sociedad está harta porque no le cumplimos y eso también la ha polarizado desde hace varios años. Además, el actual proceso electoral, lleno de acusaciones y señalamientos entre los distintos Partidos, tampoco ayuda mucho a solucionar el problema.

Debemos darnos cuenta y asumir de una vez por todas que nuestro país tiene grandes retos que solo podremos afrontar si estamos unidos. La inseguridad, la corrupción, la pobreza y la sobreexplotación de nuestros recursos naturales necesitan acciones contundentes con soluciones de corto, mediano y largo plazo.

La sociedad sigue demandándonos todos los días respuestas serias a los problemas que viven en sus casas, es sus colonias, en sus trabajos y en todos los ámbitos en los que se desenvuelven. Afortunadamente, la mexicana nunca ha sido una sociedad inmóvil ni conformista.

En muchas ocasiones esa misma sociedad nos ha demostrado que tiene ganas de participar, que tiene mucho que aportar y lo han hecho, dando ejemplo de solidaridad y de unión para salir adelante ante cualquier adversidad.

Todo esto nos dice que no importa cuantos problemas tengamos enfrente, porque todos, políticos, sociedad civil y gobierno, tenemos un proyecto en común que se llama México.

No tiene que haber tragedias ni guerras para alcanzar los fines de la democracia y la igualdad entre las personas, se trata solo de tener voluntad para ello.

Desde hace mucho tiempo he venido insistiendo en esta tribuna y en otros muchos espacios, que lo que necesita este país es unión y compromiso para dejar de lado nuestros colores y nuestra ideología, porque ello no nos permite ver que hay cosas más importantes que los proyectos personales y los de nuestros propios Partidos.

Solo con unión, sin división entre pobres y ricos, entre morenos y blancos, entre buenos y malos; sin división entre rojos, verdes, azules o amarillos, es como podremos salir adelante.

Porque los problemas que tenemos no solo están dentro de nuestras fronteras.

El entorno internacional también nos presenta varios retos: una economía mundial muy volátil, mercados internacionales inestables, precios del petróleo que se encuentran en un verdadero tobogán y, lo peor de todo, un Presidente de la nación más poderosa del mundo que nos ha demostrado en varias ocasiones que no le importa tener ningún tipo de relación con nosotros.

Pero insisto, los mexicanos somos más fuertes que todo eso y aunque podamos pensar distinto, es hora de tomar la decisión de unirnos en los hechos y no solo en el discurso.

Las elecciones del 1º de julio están a unas cuantas semanas de distancia. Todavía van a suceder muchas cosas antes de ese importante día en la vida de México.

Cualquiera puede ganar la Presidencia de la República, pero aquel que llegue a ganar, no podrá gobernar solo, ni siquiera teniendo todo el apoyo de los Partidos que lo postularon.

El próximo Presidente de México podrá tener la mayoría de los votos de los que acudamos a las urnas, pero eso no significa que tendrá la legitimidad y el poder suficiente para gobernar, ya que la mayoría de la sociedad no habrá votado por él.

Esto es lo que ha pasado en los últimos sexenios y el resultado, simple y sencillamente, ha sido la ingobernabilidad y una parálisis que impide un verdadero desarrollo sostenido que nos lleve finalmente al primer mundo.

Por eso, para que el próximo gobierno pueda dirigir los destinos de nuestra nación, necesitará contar con el apoyo de todos los mexicanos y para eso será necesario que ese gobierno se conforme con representantes de todos los Partidos, es decir, necesitamos de un gobierno de coalición, tal como se hace en las democracias más avanzadas del mundo.

Me refiero a la posibilidad de que el Presidente pueda conformar un gobierno con la participación de todas o cuando menos con la mayoría de las fuerzas políticas para que todos los ciudadanos se sientan representados y apoyen al gobierno en las decisiones que tome.

 

¡Esa es precisamente la unión de la que les hablo!

Unión para tomar las mejores decisiones.

Unión para que la sociedad vuelva a creer en sus políticos.

Unión para resolver de fondo los problemas del país.

Unión para hacerle frente a un mundo que no se detiene.

Unión para sacar adelante a todas y todos los mexicanos.

 

No obstante lo difícil de la situación, creo también que tenemos una oportunidad inmejorable. Siempre los tiempos difíciles son oportunidades para crecer y así lo debemos tomar. Siempre que estamos en una situación límite se nos presenta esa oportunidad para cambiar.

Por eso los quiero exhortar este día a todas y todos para que cambiemos, para que nos olvidemos de esa manera de pensar que solo divide y nos lleva al estancamiento y a la parálisis.

De verdad, los invito a que sin importar quien gane las próximas elecciones, tomemos la decisión de unirnos para formar un gobierno que cuente con la legitimidad suficiente ante el pueblo de México, un gobierno en el que todos estemos representados.

Recordemos: la unión hace la fuerza y si tenemos la inteligencia, la madurez, la visión y la voluntad de hacerlo, el único que saldrá ganando México.

Estimadas amigas y amigos:

Esta experiencia de compartir con ustedes la alta responsabilidad de ser nuevamente legislador federal, me la llevo muy bien guardada en mi mente, pero sobre todo en mi corazón y la atesoraré por el resto de mi vida.

No me resta sino agradecerles profundamente a todos, a los que están ahora y a los que ya no están, pero muy especialmente a los integrantes de la bancada del Partido Verde por el apoyo incondicional que siempre me brindaron.

Quiero agradecer también, por su amistad y su buena disposición al diálogo franco para seguir construyendo un mejor país, al Presidente de la Mesa Directiva, EDGAR ROMO GARCÍA, y por supuesto a mis compañeros coordinadores en la Junta de Coordinación Política:

A JOSÉ ALREDO FERREIRO, de ENCUENTRO SOCIAL; a LUIS ALFREDO VALLES MENDOZA, de NUEVA ALIANZA; a MACEDONIO TAMEZ GUAJARDO, de MOVIMIENTO CIUDADANO; a VIRGILIO CABALLERO PEDRAZA, de MORENA; a FRANCISCO MARTÍNEZ NERI, del PRD; A MARKO CORTÉS MENDOZA, del PAN; y por supuesto a CARLOS IRIARTE MERCADO, del PRI.

Igualmente, gracias a todo el personal de la Cámara, al Maestro Mauricio Farah, al Licenciado Juan Carlos Delgadillo, a las personas de resguardo, de mantenimiento, a los equipos de asesores, a los medios de comunicación y a todos y cada uno de los que con su trabajo hacen posible que esta casa de los representantes del pueblo pueda seguir haciendo historia todos los días.

No quisiera despedirme sin recordar a todas las personas que lamentablemente han perdido la vida por culpa de la delincuencia, tanto civiles como de miembros de las fuerzas armadas; son pérdidas que no debemos olvidar jamás.

Finalmente, quiero recordar también a los comunicadores que perdieron la vida luchando por la libertad de expresión y a las personas que han trabajado haciendo política por un país mejor y que esto los ha llevado también a perder su vida.

Gracias a todas y todos ellos.

Hasta siempre compañeros