En nuestro país, la política exterior se conceptualiza y se ejecuta como una política de Estado. Su fundamento constitucional se encuentra consignado en la fracción X, del artículo 89 Constitucional.

Desde finales del Siglo XX la geopolítica mundial ha adquirido una dinámica acelerada de transformaciones, fundamentalmente a raíz de la globalización, que ha exigido una participación mucho más activa de México en el ámbito internacional.

A esa dinámica es a la que hay que adaptarse desde el interior como Nación, por lo que ya es una exigencia modernizar nuestro marco jurídico para hacer que nuestra política exterior responda de manera eficiente ante los nuevos retos globales.

El contenido del presente dictamen puede dividirse en cuatro grandes mejoras para el Servicio Exterior Mexicano 1) el redimensionamiento de sus beneficios; 2) el fortalecimiento del Servicio Exterior; 3) la perspectiva de género; y 4) la actualización técnica de la Ley. Todo ello bajo el gran objetivo de lograr un nuevo marco jurídico administrativo para el fortalecimiento de la diplomacia y del Servicio Exterior Mexicano.

En el cuerpo del dictamen se propone que todas las actividades diplomáticas operen bajo los principios de transversalidad, coordinación, coherencia y profesionalización de la función diplomática del Estado mexicano. Para ello se incorporan los principios de transparencia y rendición de cuentas, respeto y promoción de los derechos humanos, fortalecimiento de la igualdad de género, neutralidad política y lealtad al Estado mexicano, mediante el apego a los principios normativos de la política exterior mexicana. En este mismo sentido, se atribuye al Servicio Exterior velar y fortalecer el prestigio del país a través de las actividades diplomáticas.

En esa línea, se incluye como atribución del servicio exterior el contribuir al mejor desarrollo de las actividades diplomáticas del Estado mediante la coordinación con todas las dependencias y entidades de la administración pública federal, con cualquier otra instancia del sector público y con los diversos actores sociales o privados.

La emergencia de todos esos actores hace necesario establecer principios que regulen su actuación, por ello, se reconocen los principios de transversalidad, coordinación, coherencia y profesionalización de la función diplomática del Estado mexicano.

La presente reforma a la Ley del Servicio Exterior mexicano abarca la curva ascendente del servicio desde el ingreso del personal diplomático, pasando por el desarrollo profesional y hasta la jubilación.

Debemos destacar que se trata de una Ley que no había tenido una actualización tan integral en décadas. Pero no sólo eso, sino que lo más destacable es el gran consenso que generó en la Cámara de Origen, donde fue votada de manera unánime a favor y ninguna expresión política del Senado objeto artículo alguno.

Quienes pasan la difícil prueba de ingresar al Servicio Exterior y dedican su vida -y la de sus familias- a servir a México, merecen ser apoyados para profesionalizarse, capacitarse continuamente para adquirir mayores responsabilidades y, al culminar su carrera, ser recompensados adecuadamente, reconociendo la vocación y compromiso excepcionales que demanda el servicio diplomático.

Por todo ello, el Grupo Parlamentario del Partido Verde Ecologista de México votará a favor el presente dictamen.