La historia de nuestro país ha sido escrita de la mano de hombres patriotas y valientes. Ellos fueron quienes han construido la identidad nacional inmortalizando sus nombres gracias a sus heroicos actos. Un ejemplo claro es el caso de Emiliano Zapata, personaje de gran trascendencia y quien encabezó uno de los movimientos más emblemáticos de la Revolución Mexicana.
Emiliano Zapata, originario del Estado de Morelos, padeció en carne propia el impacto negativo que tuvieron las políticas económicas y la mala distribución de la riqueza durante el régimen porfirista, marcando su vida el haber presenciado los injustos despojos de tierras y de bienes a campesinos, por parte de grandes hacendados de la zona, sometiéndolos prácticamente a condiciones de esclavitud.
Esos fueron los hechos que dieron a Zapata la inspiración para levantarse en armas y encabezar su lucha en favor de la clase campesina. Bajo el grito de ¡Tierra y Libertad!, hizo frente a las injustas condiciones padecidas por su gente.
Símbolo del agrarismo, de la lucha campesina y defensor de los derechos y dignidad humana, su legado ha trascendido y se encuentra más vigente que nunca. El general Emiliano Zapata entregó su vida por defender los ideales revolucionarios manteniéndose siempre firme ante la exigencia del reparto agrario, justicia social, libertad, igualdad, democracia y, sobre todo, el respeto a las comunidades indígenas y campesinas.
Durante su lucha, Zapata tuvo la sensibilidad de identificar las necesidades de justicia que se exigían en la mayor parte del territorio nacional. Jamás le interesó el poder o la política, la única ambición del movimiento zapatista siempre se concentró en la repartición equitativa de las tierras a los campesinos para que tuvieran la posibilidad de cultivarla y con ello mejorar sus condiciones de vida.
Hombre leal, patriótico y justo, siendo quizá la mayor de sus virtudes el jamás traicionar ni sus ideales ni al pueblo por el que luchó, Zapata, durante su trayectoria, nunca sucumbió ante los ofrecimientos del poder, por ello, a 103 años de su fatídica muerte, se confirma como un referente no solo del pasado, sino del presente y de las futuras luchas sociales en nuestra nación.
Es importante reconocer, que fue gracias a su lucha social, que se consiguió un cambio de régimen donde se había dejado en el olvido a las clases trabajadoras y de modo tal que las reivindicaciones de los campesinos pasaron a tener una mayor importancia, siendo llevadas incluso al texto constitucional, logrando convertir el anhelo de un reparto equitativo de la tierra en una realidad, materializando con ello sus ideales de la justicia y la libertad.
En el marco del Aniversario Luctuoso del "Caudillo del Sur", es fundamental recordar los ideales que encabezaron su lucha. Hoy al hablar del general Zapata, debemos mantener nuestras convicciones firmes y continuar trabajando unidos en la construcción de una sociedad más justa para todos, venciendo las barreras de la pobreza, la marginación y la desigualdad.
Desde el Partido Verde recordamos y honramos la vida del general Zapata, reivindicamos su lucha y refrendamos nuestro compromiso de trabajar por una sociedad más justa, en donde mujeres y hombres, sin importar si viven en el campo o la ciudad, tengan las mismas oportunidades de desarrollo. Reiteramos nuestro compromiso porque mejore la situación de nuestros pueblos indígenas. A 103 años de su muerte, los ideales del "Caudillo del Sur" siguen estando presentes.
Es cuanto, muchas gracias.