Con el permiso de la presidencia;
Compañeras y compañeros Legisladores;
Las lenguas maternas no solo representan la enorme diversidad lingüística y cultural de México, sino una visión diferente del mundo en el cual vivimos y la forma en que lo conocemos, la existencia de cada una de ellas representa la capacidad del ser humano para nombrar, conocer, comunicarse y hacer comunidad, formando identidad y sentido de pertenencia.
Tristemente, en los últimos años muchas lenguas indígenas en todo el territorio nacional han caído en desuso, con ello estamos condenando al silencio a muchas voces, culturas y cosmovisiones.
Cuando una lengua indígena desaparece inevitablemente se van con ella un conjunto de conocimientos sociales, ambientales, culturales y hasta tecnológicos que sus hablantes fueron acumulando a lo largo de los años, mermando con ello la memoria colectiva e identidad de la comunidad.
La pluralidad lingüística de nuestro país se ve reflejada en las 68 lenguas indígenas con sus 364 variantes, es decir, 364 maneras de transmitir historias, realidades, leyendas, conocimientos, tradiciones y cultura de una generación a otra.
Defender y preservar nuestras lenguas indígenas es vital para nuestro patrimonio cultural, por ello debemos hacer todo lo que esté a nuestro alcance por cuidarlas y no dejar que se pierdan en el olvido los secretos milenarios de culturas enteras.
La defensa del idioma constituye la defensa de nuestra cultura y debemos pugnar por que las lenguas maternas ocupen cada vez más espacios en los medios de comunicación, especialmente los del Estado y garantizar su incorporación a los contenidos educativos desde la educación básica hasta la universitaria.
Desgraciadamente, hoy existen muchos ejemplos de casos en los que ser indígena es motivo de exclusión y no de orgullo, como pasa con las lenguas maternas, las cuales son objeto de una total desvalorización, ocasionando que las familias indígenas prefieran usar el idioma oficial como único mecanismo de adaptación al contexto social dominante.
Lo anterior ha tenido como consecuencia que una de cada cuatro lenguas nativas en nuestro continente esté en peligro de desaparecer, lo cual es inaudito en un país que, como el nuestro, se reconoce como nación pluricultural.
Convirtámonos todos en guardianes y protectores de nuestras lenguas maternas recordando que "cuando muere una lengua la humanidad se empobrece".
Es cuanto, muchas gracias.