"Quería que mis pinturas reflejaran la vida social de México tal como yo la veía, y mediante mi visión de la verdad mostrar a las masas un esquema del futuro"
Diego Rivera
Con la venia de la presidencia;
Nacido en la ciudad de Guanajuato el 8 de diciembre de 1886, Diego Rivera es considerado uno de los artistas más representativos de nuestra cultura, no solo por el contenido social de sus obras, sino porque en ellas está plasmada nuestra historia e identidad nacional.
A los seis años Rivera se trasladó con su familia a la Ciudad de México lo que le permitió iniciarse en el mundo de las artes a muy temprana edad en la Academia de San Carlos, donde estudió artes plásticas, teniendo como mentores a artistas como Santiago Rebull, José María Velasco y Félix Parra.
Poco tiempo después, buscando ampliar y perfeccionar sus técnicas y conocimientos, obtuvo gracias a su talento una beca otorgada por el gobierno de Veracruz para estudiar en Europa. Durante su estancia en Francia e Italia aprendió sobre las diferentes tendencias de movimientos artísticos emergentes e innovadores.
Su paso por el continente europeo le dio a Diego Rivera la oportunidad de adentrarse y participar en las diferentes escuelas pictóricas surgidas durante la primera y segunda décadas del siglo XX. En España se familiarizó con la obra de Goya e ingresó al taller de Eduardo Chicharro, uno de los paisajistas españoles más destacados de la época. Asimismo, en Europa fue testigo de grandes acontecimientos históricos, como la Primera Guerra Mundial y la Revolución Rusa, los cuales, sin duda, influyeron en el contenido social que imprimió a sus obras.
Durante su estadía en París mantuvo una relación cercana con David Alfaro Siqueiros quien le expone su idea de renovar el arte mexicano y crear un arte público monumental. Es así como Rivera regresa al país en 1921 con el proyecto de pintar la historia del pueblo mexicano, desde la época precolombina hasta la Revolución, con cuyos ideales se encontraba plenamente identificado.
En este contexto surgió el muralismo mexicano, como un movimiento artístico alternativo que, tras la sacudida de las estructuras sociales que implicó la Revolución, cuestionaba el arte tradicional mexicano impuesto durante el porfiriato. Diego Rivera estaba convencido de que la creación y difusión artísticas debían ir más allá de las clases privilegiadas y de la necesidad de crear un arte que reflejara la realidad social e histórica de nuestro país.
Con 35 años de edad Diego Rivera se convirtió en una leyenda entre la comunidad artística del país gracias a su talento y a los recursos de vanguardia empleados en sus obras.
José Vasconcelos, siendo Secretario de Educación, encontró en el muralismo el medio didáctico para plasmar los ideales de la nueva identidad nacional, por ello cedió al movimiento muralista mexicano espacios en el recién inaugurado edificio de la Secretaría de Educación Pública, convirtiéndolo en un enorme lienzo para las nuevas creaciones.
Diego Rivera pintó un total de 124 frescos en las instalaciones de la SEP, sus creaciones estuvieron dedicadas al trabajo agrícola, artesanal e industrial; de la misma forma, sus obras retratan las artes, fiestas y festivales populares, así como pasajes de la Revolución Mexicana.
Dos de sus obras más emblemáticas, La Creación y El Hombre en la Encrucijada, se encuentran en los muros de la Escuela Nacional Preparatoria en San Ildefonso y en el Palacio de Bellas Artes. Muchos otros espacios como el Hotel Reforma, el Instituto Nacional de Cardiología, el Hotel del Prado también fueron decorados por la obra de Diego Rivera quien falleció en 1954, dejando tras de sí un legado de gran trascendencia, que es reconocido mundialmente y del cual debemos sentirnos orgullosos.
Este fue el gran maestro Diego Rivera.
Es cuanto, muchas gracias.