Con la venia de la presidencia; Compañeras y compañeros diputados

El día de hoy conmemoramos la proclamación del Plan de Ayala, un documento clave para entender las reivindicaciones de los campesinos que participaron en la Revolución y para comprender el zapatismo y su influencia en la historia del México contemporáneo.

El Plan de Ayala definió la identidad e ideología que inspiraron la acción de los campesinos del sur de nuestro país durante los años siguientes a su proclamación en noviembre de 1911. Como texto fundador del zapatismo, dice el historiador Felipe Ávila, el Plan de Ayala constituye un documento acabado, original, que representa la culminación ideológica y política de lo que había sido la experiencia del General Emiliano Zapata y sus seguidores antes del inicio de la Revolución y durante los comienzos de la misma.

Los antecedentes del Plan de Ayala nos remontan a 1910 cuando estalló la Revolución mexicana con la consigna de acabar con la dictadura de Porfirio Díaz, siendo Francisco I. Madero el primer líder de este movimiento el cual tuvo el respaldo de caudillos como Zapata, Villa y Orozco cansados de las injusticias que prevalecían en el país para la gran mayoría de las y los mexicanos.

No obstante, el movimiento iniciado el 20 de noviembre de 1910 llevó a Francisco I. Madero a la presidencia de la República, la timidez de sus primeras reformas decepcionó a quienes lo apoyaron para lograr el derrocamiento de Porfirio Díaz, pues no veían en ellas el alcance suficiente para atender la reivindicación y transformar la realidad que se vivió durante el porfiriato.

El origen del Plan de Ayala se encuentra entonces en las fallidas negociaciones entre Madero y Zapata, las cuales tuvieron lugar entre julio y agosto de 1911, cuando los zapatistas pusieron como condición que se cumplieran las promesas de recuperación y reparto de tierras a los pueblos ofrecidas en el Plan de San Luis maderista, así como la elección de autoridades locales realmente comprometidas con la Revolución. A fines de agosto de 1911, se suspendieron las negociaciones entre Madero y Zapata, quien, frente a la hostilidad de las tropas federales, acompañado de un pequeño contingente, tuvo que huir y refugiarse en la frontera entre los estados de Morelos y Puebla.

Madero asumió la presidencia del país el 6 de noviembre de 1911, para entonces los zapatistas tenían claro que el gobierno no cambiaría su postura hacia ellos y les exigiría una rendición incondicional. Motivado por la situación que enfrentaba, Zapata encomendó a Otilio Montaño, maestro rural que para entonces era uno de sus principales colaboradores, la redacción de un documento donde expusiera con claridad los objetivos y postulados de su lucha y que sirviera de bandera para el movimiento de los campesinos del sur de nuestro país.

Así nació el Plan de Ayala, también conocido como Plan Libertador de los Hijos del estado de Morelos, el cual exigía la restitución de terrenos, montes y aguas a los campesinos que habían sido despojados de la propiedad de los mismos a través de la Ley Lerdo que terminó indirectamente por favorecer a caciques, hacendados y terratenientes en todo el país.

El Plan de Ayala representó una manifestación a favor de la justicia y la libertad por parte del campesinado mexicano, se trata de un documento vanguardista para su época el cual debemos no sólo evocar sino valorar en su justa dimensión en el marco de la reflexión obligada sobre el pasado, presente y futuro de las comunidades rurales en nuestro país que, a pesar de los avances alcanzados por la sociedad mexicana, siguen siendo víctimas de la pobreza, la desigualdad y la inequidad.

En este sentido, el Plan de Ayala dio a la Revolución una dimensión social, más allá del alcance político electoral que tuvo la proclama con la cual se inició el movimiento, es decir, el Plan de San Luis. Por eso el Plan de Ayala es uno de los documentos más importantes del siglo veinte en México, pues éste se convirtió en el símbolo de la lucha por la dignidad campesina no sólo durante el movimiento revolucionario, sino mucho tiempo después mediante la creación de instituciones y leyes enfocadas en el reparto agrario e inspiradas indudablemente por el espíritu del zapatismo.

El artículo 27 de nuestra Carta Magna, las leyes agrarias y los tribunales especializados en esta materia son ejemplo del legado del Plan de Ayala tras el fin de la Revolución mexicana. A 110 años de la proclamación del Plan de Ayala resulta imperdonable que haya campesinos en México que sigan reivindicando las mismas causas que le dieron origen a este histórico documento, por ello nuestra obligación es trabajar desde esta trinchera para transformar positivamente la injusta realidad que hoy enfrentan muchas hermanas y hermanos del campo mexicano.

Es cuanto, gracias.