PREGUNTA

Con la venia de la presidencia;

Buenas tardes, Maestra Delfina Gómez, secretaria de Educación Pública, bienvenida a esta Cámara de Diputados;

Buenas tardes, compañeros y compañeras legisladores;

La pandemia derivada del COVID-19 con la cual aún sigue batallando la humanidad ha ocasionado problemas de diversos tipos que han afectado de diferente manera a todos los sectores de la población. Evidentemente, los de salud y los económicos son los más notorios, pero también se han desatado problemas de carácter social, por ejemplo, las alteraciones que han sufrido las personas a consecuencia de la modificación de sus patrones y ritmo de vida.

La población de niñas, niños, adolescentes y jóvenes de 10 a 19 años en nuestro país suma aproximadamente 21 millones de personas y se les considera como una generación clave por ser los transformadores del presente y los creadores del futuro. Por este motivo, la educación y formación de estos jóvenes debe ser prioritaria para nuestra sociedad.

Sin embargo, con la actual pandemia los niños y adolescentes fueron uno de los grupos con mayor vulnerabilidad, pues esta trajo consigo la limitación de las actividades más básicas y cotidianas, tales como la actividad escolar presencial.

Investigaciones realizadas en diversos contextos apuntan a que el confinamiento, la inasistencia a centros escolares, así como el escaso control de quienes se quedaron de manera inesperada al cuidado de los menores han generado afectaciones a su salud mental, propiciando la presencia de enfermedades psicológicas.

Si bien la pandemia afectó más a los adultos que a la niñez en cuanto a contagios y muertes, los menores sufrieron mayores afectaciones en cuanto a la salud mental, pues en muchos casos éstos han presentado señales de irritabilidad, ansiedad, depresión, estrés y falta de concentración.

Lo anterior es hasta cierto punto normal, pues los niños y jóvenes no tienen la misma capacidad que un adulto para entender, comprender, procesar y poder soportar el distanciamiento social y la modificación abrupta de conductas y rutinas cotidianas.

No olvidemos que se dieron casos en los cuales los niños y jóvenes pasaron de un nivel educativo a otro sin poder despedirse personalmente de sus antiguos compañeros y maestros y sin poder conocer a los nuevos, lo cual afecta su proceso de adaptación a una nueva dinámica escolar.

En este orden de ideas, quisiera preguntarle señora secretaria ¿tiene la Secretaría pensado poner en marcha un mecanismo que permita conocer cómo afectó el encierro y el aislamiento social la salud mental de nuestras niñas, niños y jóvenes y qué implicaciones tiene ello para continuar con su proceso formativo de manera normal?

Es cuanto.

 

RÉPLICA

Señora secretaria, le agradezco sus amables respuestas;

Después de su exposición nos queda claro que el desarrollo integral de las niñas, niños y jóvenes son para nuestro gobierno una prioridad, sin embargo, no podemos dejar de lado que hay problemas emergentes que generan preocupación y requieren de nuestra atención.

Actualmente, el apoyo psicosocial forma parte de las intervenciones de urgencia que realizan los gobiernos en todo el mundo para hacer frente a la pandemia y sus efectos negativos en diversos ámbitos.

En México se han empezado a instrumentar programas para atender este tipo de problemas, como fue el caso del Instituto Mexicano de la Juventud, que entre julio y septiembre de este año atendió a más 39 mil jóvenes que mostraron cuadros de ansiedad y depresión por la pandemia.

Le agradecemos los cursos que nos comentó.

Las cifras anteriores son alarmantes, pues confirman un aumento exponencial de los casos de afectaciones a la salud mental de nuestras niñas, niños y jóvenes que si bien es cierto su atención corresponde fundamentalmente a los servicios de salud, también es verdad que la escuela puede jugar un papel de gran relevancia para el diagnóstico temprano y la oportuna canalización de quienes presenten síntomas de algún padecimiento de este tipo.

No olvidemos que en muchos casos la escuela se vuelve el segundo hogar de niñas, niños y jóvenes, por lo cual las y los maestros volverán a ser fundamentales, en la medida en que avance la reincorporación a las clases presenciales, para la identificación de las afectaciones que sus alumnas y alumnos pudieran presentar tras la pandemia y que pudieran afectar su adecuado desarrollo psicosocial y su desempeño en el ámbito escolar.

Lo anterior permitiría no sólo comprender mejor cómo afectó el aislamiento y el encierro provocado por la pandemia a nuestros estudiantes, sino diseñar una estrategia para superar esas afectaciones y, al mismo tiempo, hacer más fácil el acceso al apoyo psicológico a más personas, lo cual es fundamental en una sociedad cada vez más expuesta al estrés y a los trastornos de carácter psicológico.

Muchas gracias, permitirá que estos cursos y este adelanto que tienen, detecte en forma precisa este tipo de asuntos y se atiendan con regularidad.

Muchas gracias.