CON SU VENIA SEÑOR PRESIDENTE.
Compañeros y compañeras, invitados especiales:
El 02 de octubre es una fecha que envuelve un acontecimiento de la historia moderna de nuestro país, el cual nos invita a reflexionar sobre la importancia de la participación de los jóvenes en la vida política, donde nuestra bancada del Partido Verde concluye que oír la voz de la juventud es fundamental para enriquecer la vida democrática y el debate público en nuestro país.
La juventud de 1968 se enfrentó a una sociedad que les negaba la participación activa, donde los valores tradicionalistas que imperaban dentro del seno de las familias mexicanas no permitían los cuestionamientos a la autoridad pública y privada.
En esta fecha, Año con año, la juventud mexicana se ha reunido para hacerse presentes y enviar un mensaje a la sociedad. Los jóvenes no son ajenos a los problemas del país, que como jóvenes tienen necesidades específicas, y que están dispuestos a plantear propuestas para participar en el proceso de mejorar de nuestra realidad social.
Fueron tiempos convulsos, con nuevas ideas sociales, económicas y políticas. La exigencia en el mundo era que las viejas estructuras tenían que ser transformadas. México y sus jóvenes no podían quedarse al margen, los integrantes del Movimiento del 68 buscaron abrirse espacios.
Quienes formaron parte de este movimiento encabezaron una serie de protestas, a las cuales se unieron las voces de campesinos y obreros, donde los trasfondos de sus exigencias se traducían en el pleno derecho a ejercer la libertad en todas sus expresiones.
El movimiento estudiantil de 1968, mostró al país entero que la juventud tenía voz, una voz que reclamaba ser escuchada, también puso de manifiesto que era posible permitir la alternancia del poder por la vía pacífica.
Lo justo de las demandas, la auto organización, la solidaridad social con la causa de los universitarios, dieron el matiz histórico a este movimiento, que desde su inicio logro movilizar a gran parte de la sociedad mexicana.
Las brigadas en las calles compuestas por hombres y mujeres comprometidos con la lucha por los derechos sociales y políticos, y las discusiones en asambleas de estudiantes que proponían cursos de acción para vencer la intolerancia de las autoridades os los fueron las actividades cotidianas de los universitarios durante meses.
Sin embargo, se encontraron con un sistema político que no solucionó, que no permitió ampliar las vías democráticas y la participación en la vida política. Un sistema cerrado ante las legítimas aspiraciones de avance social y de trato justo e igualitario.
El Movimiento Estudiantil construyó, con base en la resistencia valiente y decidida, su propio derecho a disentir de todo aquello que acotaba sus sueños de construir un mejor país. De igual forma, la lucha estudiantil se considera un antecedente primordial en la reivindicación de los derechos de las mujeres.
Fue la primera ocasión que se las mujeres se manifestaban abiertamente en las calles, reclamando su espacio de igualdad, pasando de ser observadoras pasivas, a activistas comprometidas con la construcción de un México igualitario y democrático.
Asimismo, el Movimiento de 1968 es considerado precursor de otros movimientos que vendrían después, tales como los ecologistas y los reclamos de respeto al derecho a la diversidad e incluso a la libertad sexual.
Hoy en nuestro país hay más de 30 millones de jóvenes. Dos de cada 10 trabajan en alguna dependencia de gobierno; tres de cada 10 en la iniciativa privada y dos de cada 10 militan en algún partido político.
Por todo ello, es importante destacar el valor que tienen los jóvenes en nuestro país, lo trascendente que resulta que cuenten con los espacios necesarios y suficientes para expresar sus ideas, pues es en la juventud donde están depositadas las esperanzas de un mejor futuro.
Los estudiantes de hoy, serán los profesionistas del mañana, quienes llevarán las riendas de este país, he ahí lo trascendental de su inclusión en la planeación, el diseño y en las decisiones de un mejor futuro.
Los jóvenes reclaman más y mejores oportunidades para su desarrollo. La primordial necesidad que debemos satisfacer es su inclusión en las decisiones políticas de México. Demandan actividades productivas con respeto por el medio ambiente y la sustentabilidad, comprometidos con el México del mañana.
Reconociendo el significativo papel que juegan los estudiantes para el desarrollo de México, no debe omitirse pronunciamiento alguno sobre la importancia de tener la sensibilidad de escucharlos, así como atender en la medida de lo posible, sus demandas.
Si bien en las últimas décadas se ha avanzado en la atención de sus demandas al implementar estrategias para atender las necesidades educativas y de inclusión al mercado laboral, estas políticas públicas no han resultado eficaces.
Es tiempo de permanecer abiertos al diálogo con los jóvenes. No podríamos pensar el México moderno, sin su participación y sin su energía. No podemos reivindicar una transformación del país sin incluir su visión y compromiso con el futuro democrático de la Nación.
Atender las necesidades de la juventud mexicana, debe traducirse en esfuerzos conjuntos de la iniciativa privada, así como de políticas públicas que incluyen proyectos y programas que fortalezcan la educación y capacitación que permitan aprovechar el llamado bono demográfico.
Es de esta manera que los legisladores del Partido Verde Ecologista de México reconocemos la importancia nuestra juventud, de nuestros estudiantes y por supuesto, del movimiento estudiantil de 1968.
Los jóvenes se encuentran presentes en nuestra agenda política al buscar impulsar leyes para que tengan trabajo digno y bien remunerado, que tengan más y mejores oportunidades.
Los legisladores del Partido Verde nos sumamos a la conmemoración de esta fecha, a través de la inscripción en letras de oro en el muro de honor de este recinto.
Es cuanto.