Con la venia de la residencia.

Estudios científicos y datos estadísticos revelan que los niños que sufren maltrato se convierten en adultos violentos. La violencia en las escuelas es un fenómeno que impide el propósito esencial de la educación, que es lograr que todos los alumnos aprendan y se desarrollen integralmente. Para disminuir y erradicar la violencia en los planteles educativos es necesaria la acción del Estado, pero también de la sociedad.

Datos de la Organización Mundial de la Salud revelan que una cuarta parte de los adultos manifiestan haber sufrido maltratos físicos de niños y 1 de cada 5 mujeres, así como 1 de cada 13 hombres declaran haber sufrido abusos sexuales en la infancia. Además, muchos niños son objeto de maltrato psicológico o maltrato emocional y víctimas de desatención.

En consecuencia, un adulto que ha sufrido maltrato en la infancia corre mayor riesgo de sufrir problemas conductuales, físicos y mentales, tales como: actos de violencia (ya sea como víctimas o agresores), depresión, obesidad embarazos no deseados, comportamientos sexuales de alto riesgo y consumo indebido de tabaco, alcohol y drogas.

Cada 7 minutos en el mundo un adolescente es asesinado en un acto violento. De acuerdo al INEGI, en México, entre 2011 y 2015 fueron asesinados diariamente en promedio 3 niñas, niños y adolescentes de entre 0 y 17 años.

En abril de 2017, con motivo del Día del Niño, el INEGI dio a conocer los resultados de la Encuesta de Cohesión Social para la Prevención de la Violencia y la Delincuencia (ECOPRED), que midió los factores de riesgo y exposición a situaciones de violencia y delincuencia en la población de 12 a 29 años en 47 ciudades del país. Dicha medición permite describir y cuantificar las experiencias de victimización (delitos o maltratos) que afectan de manera directa a los niños y niñas de 12 a 17 años que residen en las ciudades consideradas en la encuesta.

Dicha encuesta captó información de más de cuatro millones de niñas, niños y adolescentes de 12 a 17 años. Se identificó que 47.8% fueron víctimas de al menos un delito o acto de maltrato. El total de delitos o actos de maltrato contra las niñas, niños y adolescentes de 12 a 17 años estimados en la encuesta, representa un promedio de cinco delitos o actos de maltrato.

En cuanto al tipo de delito o maltrato infantil, la prevalencia más alta se registró en acoso por los atributos, donde niñas, niños y adolescentes fueron víctimas de burlas, apodos, rumores o mentiras sobre su persona, así como exclusión con base en sus gustos, físico o ropa. Le sigue la tasa de robo sin violencia, además del acoso a través de las pertenencias, como dañar o esconder intencionalmente objetos personales o herramientas de trabajo con la intención de molestar. También se detectó el maltrato físico; amenazas; robo con violencia; tocamientos ofensivos; la difamación por medios electrónicos y extorsión.

A nivel social, existen algunas características de las comunidades que determinan el riesgo de maltrato infantil, entre ellas: las desigualdades sociales, las de género; la falta de vivienda adecuada; niveles elevados de desempleo o pobreza; la fácil disponibilidad del alcohol y las drogas; insuficientes medidas para prevenir la pornografía, prostitución y el trabajo infantil, entre otras.

En nuestro país han existido hechos de violencia infantil y juvenil que han consternado a la sociedad y que son una llamada de atención respecto a los niveles de violencia que hemos alcanzado. En febrero de 2017 un alumno de 15 años de edad del “Colegio Americano del Noreste” en Monterrey abrió fuego contra tres compañeros y una profesora, antes de dispararse a sí mismo; mientras que en junio del mismo año, tuvo lugar un enfrentamiento entre los alumnos del Colegio Irlandés que propinaron una brutal golpiza a ocho estudiantes del Colegio Cumbres que se encontraban en su fiesta de graduación.

Como puede verse, son muchos los tipos de violencia que rodean nuestro entorno y el de nuestros niños, los cuales nos han convertido en una sociedad violenta que reproduce los patrones que enfrenta de manera cotidiana, derivado de esto, proponemos adicionar dos párrafos a la fracción VI del artículo 7 de la Ley General de Educación, con la finalidad de incluir en el sistema educativo nacional una materia específica para combatir todo tipo de violencia.

Se trata de una materia que promueva e inculque conocimientos, capacidades, actitudes y valores necesarios para producir cambios de comportamiento que permitan a los niños, jóvenes y adultos prevenir los conflictos y la violencia para que los mexicanos aprendamos a resolver los problemas de manera pacífica.

Nuestra propuesta incluye la obligación por parte la Secretaría de Educación Pública de elaborar y llevar a cabo anualmente, en coordinación con las autoridades competentes, programas o campañas permanentes de difusión a nivel nacional, que vayan acompañadas de acciones concretas que promuevan el valor de la justicia, el respeto a la Ley, propicien la cultura de la inclusión, de la paz y la no violencia en cualquiera de sus manifestaciones.

Esperando contar con su respaldo, agradezco su atención.

Es cuanto presidenta.

PARTIDO VERDE