Con la venia de la Presidencia;

La Organización Mundial de la Salud fue creada con la finalidad primordial de trabajar para mejorar la salud física y mental de los individuos, a través de la definición de líneas de acción y mecanismos eficientes que garanticen prevenir, conservar o restituir la salud de la población a nivel mundial.

Esta organización, en conjunto con la Federación Internacional de la Diabetes, instauró el 14 de noviembre de cada año como el día mundial de la lucha en contra de esta enfermedad cuyo propósito es dar a conocer las causas, los síntomas, el tratamiento y las complicaciones asociadas a la misma, al tiempo de crear conciencia sobre la incidencia de esta grave afección, la cual está en aumento y requiere de acciones puntuales para prevenir dicha tendencia.

Como cada año, la OMS define un tema central para la conmemoración del Día Mundial de la Salud; para este 2016, se eligió la diabetes en virtud del grave problema en que se ha convertido para los sistemas de salud de todo el mundo, especialmente en aquellos países con altos índices de obesidad y sobrepeso.

La diabetes es una enfermedad crónica que con el tiempo puede poner en peligro a todos los órganos principales del cuerpo y provocar ataques cardíacos, accidentes cerebrovasculares, neuropatías, insuficiencia renal, ceguera e infecciones que pueden derivar en una amputación.

La UNAM calificó a la diabetes como una enfermedad devastadora en nuestro país, ya que provoca una de cada 14 muertes, representando la primera causa de defunción entre la población de 45 a 64 años de edad y cuya incidencia en la población adulta es de 10 a 15%, lo que representa más del doble del promedio de las naciones de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico.

Como se sabe, una de las principales causas que dan origen a la diabetes tipo 2, la más común, es el sobrepeso y la obesidad, el cual incrementó en México un 62% entre el año 2000 y 2012, colocando al 71% de la población adulta y a uno de cada tres niños en dicha condición.

Derivado de lo anterior, según previsiones de la OMS, la diabetes será la séptima causa de defunción para 2030. Es por ello, que urge hacer un llamado no sólo a los gobiernos, sino también a la población para que se tomen medidas para su erradicación.

No podemos soslayar que una gran proporción de los casos de diabetes son prevenibles. Algunas medidas simples relacionadas con el modo de vida se han revelado eficaces para prevenir o retrasar la aparición de la diabetes tipo 2. El mantenimiento del peso normal, la realización de actividad física periódica y una dieta sana pueden reducir significativamente el riesgo de padecer diabetes.

En cuanto a los avances alcanzados, se debe destacar la instalación del Consejo Asesor del Observatorio Mexicano de Enfermedades no Transmisibles, el cual registra el comportamiento de la diabetes y evalúa el impacto de las acciones de la Estrategia Nacional para la Prevención y el Control del Sobrepeso, la Obesidad y la Diabetes.

Asimismo, se debe recalcar el seguimiento a los pacientes en las Unidades de Especialidades Médicas de Enfermedades Crónicas, donde se han atendido a más de 30 mil pacientes de alto riesgo.

En cuanto a la prevención, debemos reconocer la labor de las Unidades Móviles de Orientación Alimentaria y Actividad Física, las cuales realizaron en todo el país eventos educativos de promoción de una correcta alimentación, consumo de agua simple, actividad física y estilos de vida saludables.

Las anteriores son, sin duda, acciones valiosas, sin embargo, aún persiste una realidad innegable de enfermos que va en aumento, que si bien es consecuencia de lo que dejamos de hacer en el pasado nos toca resolver si queremos actuar responsablemente.

Por ello, se deben impulsar acciones conjuntas que hagan posible el fortalecimiento de las ya implementadas y diseñar nuevos mecanismos que permitan seguir dando una lucha frontal a la diabetes, enfermedad que lamentablemente impacta de manera particular en nuestra población.

Es cuanto.