Con la venia de la Presidencia,
Compañeras y compañeros diputados,
El propósito de mi participación en tribuna es llamar su atención sobre un problema que aqueja a las personas que rebasamos los 60 años y más.
Muchos de ustedes quizás aún no han sido víctimas de ello, pero les aseguro que cuando llegue el momento, se percatarán de lo inhumano que es que se nos impida tener acceso a créditos bancarios o que nuestras primas de seguros sean más elevadas, por motivos de edad, cuando en realidad el riesgo de perder la vida no distingue edad alguna.
Me refiero a las prácticas discriminatorias de las que somos víctimas uno de los grupos más vulnerables, las personas adultas mayores, por parte de las entidades del sistema financiero del país.
Nosotros no sólo enfrentamos los problemas propios del deterioro de la salud, la falta de empleabilidad o el rezago tecnológico, sino que además somos objeto de discriminación, provocada por la nula orientación que existe en materia de educación financiera.
Lo viví recientemente e investigué al respecto. Este fenómeno se denomina "edadismo" y consiste en la discriminación contra personas por motivo de edad. En el estudio titulado: "Inclusión financiera sin discriminación: hacia un protocolo de trato incluyente en sucursales bancarias de México", que fue elaborado por la CEPAL, la Secretaría de Gobernación y el CONAPRED, se advierte que existen claras barreras que impiden el uso de los servicios financieros por condición de edad, lo cual se agudiza por otros factores como lo son: condición social, étnica e incluso por el color de nuestra piel.
A decir verdad, mujeres y hombres adultos mayores, somos discriminados por igual al momento de querer contratar un crédito bancario o un seguro. Pero esta práctica afecta más a las mujeres. Esto significa que, si eres una mujer adulta mayor, indígena y habitante de una comunidad rural, prácticamente se está condenada a vivir fuera del sector financiero.
La discriminación, por motivos de edad en México, es una realidad que toca a todo el sistema financiero. Me refiero a cuentas de ahorro, crédito y seguros.
A las personas adultas mayores, los bancos y las instituciones aseguradoras, nos imponen un flagrante trato discriminatorio, aún cuando por mandato del artículo primero constitucional está prohibida cualquier práctica o acción de este tipo o naturaleza.
Por todo lo anterior, el objetivo de la iniciativa que pongo a su consideración es incorporar a la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, al conjunto de instituciones públicas, contempladas dentro de la Ley de los Derechos de las Personas Adultas Mayores.
Lo que se busca es garantizar que las personas adultas mayores puedan ejercer sus derechos plenamente, frente al sistema bancario del país, al prevenir que no sean objeto del "edadismo" en lo que se refiere al acceso de créditos bancarios o contratación de pólizas de seguro.
La iniciativa a su consideración propone establecer cuatro obligaciones fundamentales:
1. Supervisar que las entidades del sistema financiero mexicano brinden sus servicios de forma universal, oportuna y efectiva a todas las personas adultas mayores.
2. Vigilar la instrumentación de acciones que protejan los derechos financieros de las personas adultas mayores.
3. Inspeccionar, prevenir y corregir las prácticas de discriminación financiera en este sector social.
4. Asegurar que las entidades aseguradoras y afianzadoras garanticen la cobertura de sus servicios a las personas adultas mayores.
En su conjunto, estas obligaciones buscan prevenir y sancionar las prácticas de discriminación financiera, así como promover y reconocer las acciones que aseguren los derechos a la inclusión y seguridad económicas a las personas adultas mayores, conforme a los estándares y recomendaciones expedidas por organismos internacionales.
Por todo lo anterior, desde esta tribuna, hago un respetuoso llamado a mis compañeros de la Comisión de Atención a Grupos Vulnerables, para que, juntos analicemos y enriquezcamos esta propuesta, porque estoy convencida de que sólo así podremos contribuir a que no se presenten más prácticas de este tipo.
Es cuanto, presidente.