Con la venia de la Presidencia.

Compañeras y compañeros legisladores:

El mundo sufre actualmente una doble crisis en materia sanitaria, por una parte, a consecuencia del COVID-19 y, por la otra, debido a la degradación ambiental.

A fin de enfrentar la pandemia de COVID-19, las Naciones Unidas han hecho un llamado a realizar, entre otras tareas: "un manejo sólido de los desechos médicos y químicos peligrosos; una administración sólida y global de la naturaleza y la biodiversidad; y un claro compromiso de 'reconstruir mejor', crear empleos verdes y facilitar la transición a economías neutras en carbono".

Este llamado implica el compromiso y participación de todas y todos los ciudadanos en sus respectivos campos de acción, a favor del medio ambiente.

México tiene una gran responsabilidad en este tema al ser parte de los 12 países considerados "megadiversos", que en conjunto albergan el 70% de la riqueza mundial de especies.[1

Para proteger esta riqueza nuestro país cuenta con la figura de Áreas Naturales Protegidas, a través de las cuales se resguardan alrededor de 91 millones de hectáreas de selvas, arrecifes, desiertos, manglares y superficies marinas.[2]

Estas zonas de conservación representan más del 10% del territorio nacional terrestre y 22% de la superficie marina, las cuales ahora se encuentran protegidas.

Hoy este gran patrimonio natural está en riesgo, al no garantizarse su adecuada protección y al no dar continuidad a los trabajos realizados por la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas, restando con ello importancia a las tareas de conservación de los ecosistemas.

Lo anterior, considerando que desde el 2016 la CONANP ha sufrido una constante disminución de su presupuesto.

Por si fuera poco, el Decreto de Austeridad con motivo de la pandemia por COVID-19, publicado en el Diario Oficial de la Federación el 23 de abril de 2020, reduce aún más el presupuesto de este órgano desconcentrado de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, específicamente, el asignado a las partidas de servicios generales y de materiales y suministros, lo cual representa un fuerte impacto para la operatividad de la institución.

Reducir el presupuesto de la CONANP significa no poder prevenir acciones que llevan a la destrucción de hábitats, a la pérdida de especies y de los servicios ambientales que nos proporcionan las Áreas Naturales Protegidas.

Además, se limita la gestión de las actividades establecidas en los programas de manejo de las 121 áreas que ya cuentan con este instrumento. Y en las 61 que aún no lo tienen, se elimina la posibilidad de su elaboración.

La CONANP cuenta solamente con 691 plazas de estructura, por lo que se apoya en recursos del capítulo 3000 para la contratación de personal de servicios profesionales, en este sentido, la reducción del 75% significa perder la contribución de profesionistas comprometidos con la protección de nuestro patrimonio natural.

Por todo lo anterior, presentamos este punto de acuerdo que exhorta a las Secretarías de Hacienda y Crédito Público, y de Medio Ambiente y Recursos Naturales a realizar las acciones presupuestales necesarias para garantizar la operatividad de la CONANP.

También proponemos exhortar a la Secretaría de Turismo, en conjunto con la CONANP, a realizar una intensa promoción turística de las áreas naturales protegidas una vez concluida la emergencia sanitaria, con la finalidad de recaudar más recursos por cobro de derechos.

Por último, proponemos exhortar a la CONANP a informar a esta soberanía cuál será la ruta para reorganizar las estrategias y racionalizar el gasto para el debido cumplimiento de sus atribuciones.

En el grupo parlamentario del Partido Verde Ecologista de México coincidimos que en la medida en que logremos reducir los impactos al medio ambiente y hagamos mayor conciencia sobre su cuidado, podremos ser más resilientes ante este tipo de situaciones.

El trabajo de la CONANP es determinante para la elaboración de un nuevo mapeo mundial de riesgos zoonóticos, es decir, de enfermedades que pueden transmitirse entre animales y seres humanos, como lo es el COVID-19; para impulsar más empleos verdes; para la restauración de los ecosistemas y la biodiversidad; para la reducción de la contaminación; así como para la lucha contra el cambio climático, las cuales son herramientas clave para garantizar un medio ambiente sano y coadyuvar a salir de la crisis derivada de la pandemia.

Es cuanto, Presidenta.