Con su venia, diputado Presidente.

Todas las formas de violencia dejan cicatrices tanto físicas como psicológicas, sin embargo hay que diferenciar algunos actos que por su naturaleza atroz y despiadada, lesionan la integridad de una persona al grado de trastornar su vida y la de aquellos que la rodean.

Me refiero a los actos violentos y cobardes con tintes de odio hacia las mujeres de México y de todo el mundo, en donde a través del uso de substancias corrosivas o inflamables se lesiona a las mujeres, mismas que se convierten en víctimas de una de las expresiones más "devastadoras de violencia de género", cuyo fin es causar un enorme sufrimiento físico y psicológico, además de dejar una huella imborrable, por el resto de sus vidas.

Estos actos principalmente se realizan motivados por el odio y la venganza, se derivan en su mayoría de emociones de carácter pasional como los celos, la ira, el desengaño y el sentido de propiedad.

Qué fácil es conseguir substancias corrosivas y más fáciles aún aventar el ácido sobre el rostro y el cuerpo de una mujer, en cuestión de segundos y a la vista de todos, generando lesiones impredecibles, dolorosas y permanentes, deformando el rostro y el cuerpo de la víctima, poniendo en peligro constante su vida.

Hoy nos acompañan en el Recinto, dos sobrevivientes de estos ataques, están aquí porque quieren transmitir a todas las victimas que se encuentran en el anonimato, la fuerza para que denuncien a sus agresores, con la esperanza de evitar que más mujeres sean víctimas de estos crueles ataques.

Muchas gracias ANA y muchas gracias Carmen; gracias de corazón por su valentía, por su lucha, por no darse por vencidas, por alzar la voz. Sin duda son un gran ejemplo para mí y para muchas mujeres mexicanas.

Ana Helena Saldaña y María del Carmen Sánchez, nos solicitan realizar y aprobar reformas al Código Penal, mismas que hoy presento ante ustedes Diputadas y Diputados, ya que en su experiencia, además del dolor inmenso que les fue causado, al realizar la denuncia se enfrentaron con médicos legistas que valoraron las lesiones como simples, entorpeciendo con ello la investigación.

A tal grado que en primera instancia se les calificaran como lesiones que tardan en sanar más de 15 días y menos de sesenta, cuya pena prevista es de tan sólo de dos a tres años de prisión; sin embargo, para su vida, las secuelas fueron brutales, tanto físicas como psicológicas.

Estos no son casos aislados, ni mucho menos ocurrencias, países como Pakistan, Bangladesh, Nepal, Urwanda, Camboya, India, Reino Unido y Colombia han hecho cambios en sus legislaciones para enfrentar y más importante aún, castigar estos actos violentos contra las mujeres.

En México y en esta Ciudad no debemos detenernos ni negar la ola de violencia de género que estamos sufriendo las mujeres, pues ello sería dar la espalda a todas las víctimas, es necesario seguir trabajando en las normas para que atiendan las realidades del día a día y dar pasos firmes, para erradicar todas los actos violentos en contra de mujeres por más profundas que sean sus raíces, hasta lograr garantizar a las mujeres una vida libre de violencia.

Estimadas amigas y amigos:

Como ya se hizo en el feminicidio al constituirlo como un tipo penal autónomo que visibiliza una expresión de violencia extrema en contra de las mujeres, no sólo por la privación de la vida hacia una mujer, sino por las circunstancias en que se comete el hecho delictivo, que en el tipo penal se denominan razones de género, esto es, situaciones que demuestran el desprecio hacia la mujer, lo cual hará acreedor al sujeto activo a una sanción de veinte a cincuenta años de prisión.

Debemos tener en cuenta que la violencia extrema de la cual las mujeres son víctimas, no en todos los casos termina en feminicidio, por ello debemos distinguir las lesiones, de las lesiones cometidas contra mujeres en razón de su género para visibilizar esta expresión "devastadora" de violencia de género e imponer un castigo ejemplar.

Muchas gracias por su atención y apoyo.

Es cuánto, Sr. Presidente.

PARTIDO VERDE