Con su venia presidente. Compañeras y compañeros:

La libertad de prensa es un derecho fundamental que enmarca la máxima figura del derecho a la libertad de expresión.

Esta es una prerrogativa que engloba, por un lado, la obligación del Estado para permitir la libre expresión de ideas sin censura y, por otra parte, el derecho de las personas a informarse.

Para materializarlo es necesario un gran proceso de generación y distribución de información. Un largo camino que va desde el periodista que atestigua los hechos hasta el ciudadano receptor de la noticia.

En el último eslabón de la larga cadena de producción informativa se encuentran los voceadores, quienes entregan, en mano, el papel impreso con las noticias.

La labor de los voceadores ha sido imprescindible para la masificación y distribución de la información, razón que los ha hecho objeto de persecución y castigo.

En el México de la independencia se prohibió que pregonaran en las calles y lugares públicos. Sin embargo, los llamados "papeleros" siempre han sido férreos defensores de la libertad de expresión, consignando las atrocidades e informando a la gente.

Esto les ha dado "la imagen de un luchador por las libertades públicas".

No son simples vendedores de periódicos, por el contrario, el riesgo y la responsabilidad que asumen, los hizo ser "el correo ambulante de informaciones y opiniones sobre el que recae la persecución y la censura."

Durante la Revolución Mexicana, los voceadores se encontraron íntimamente ligados a las publicaciones de la prensa mexicana, asumieron un papel vital a la par de editores y periodistas, y se encargaron de propagar las ideas o noticias a la ciudadanía.

La labor del voceador, en determinados contextos, ha sido crucial para la consolidación del derecho a la información y a lo largo de los años, estos han seguido participando activamente en la distribución de información y noticias.

Las nuevas tecnologías, la distribución digital y la era informática han golpeado fuertemente la labor de los voceadores; aunque han perdido ya el monopolio de la distribución, siguen vigentes las arengas que se escuchan en puestos de periódicos, semáforos o esquinas que además son las más concurridas.

La función de los voceadores no se termina con las redes sociales y los medios electrónicos, por el contrario, esta noble labor debe reconfigurarse.

El papel de las fuentes fidedignas y la confiabilidad de agencias serias de noticias, mantiene vigente la labor del voceador quien fiel a la liturgia noticiosa se congrega cada madrugada, listo para llevar en mano las noticias del día.

El trabajo del voceador no sabe de días de descanso y tampoco se detiene ante las inclemencias del clima, se mantiene firme a la par del acontecer nacional señalando las distintas publicaciones y papeles de circulación.

Aunque conocidos por todos, los voceadores han sido relegados como trabajadores; muchos de ellos no cuentan con seguridad social, acceso a la vivienda o prerrogativas propias de la relación laboral.

Estos son derechos que merece cualquier trabajador, pero por la propia naturaleza de su profesión, difícilmente se materializan.

Para la defensa de sus derechos, los voceadores se han congregado en distintos gremios y asociaciones, con especial énfasis en los grupos regionales o estatales. Mención especial merece la más antigua institución de papeleros, ahora llamada Unión de Expendedores y Voceadores de los Periódicos de México A.C..

Pese a los esfuerzos realizados por los grupos papeleros, las voces de la libertad siguen acalladas y relegadas a un segundo plano. Es nuestro deber reivindicar esta labor del voceador en nuestro país.

Desde 1953, a instancia del Presidente Adolfo Ruíz Cortines se celebra el Día del Voceador a nivel nacional, sin embargo, no existe registro de una fecha específica por lo que este día es celebrado con disparidad en las diferentes regiones del país.

Es necesario establecer una fecha uniforme, decretada formalmente, que sirva también como referente para celebrar y reafirmar la vocación de servicio de los papeleros.

Por todo lo anterior, la iniciativa que hoy presento ante ustedes pretende declarar el 20 de abril de cada año como Día Nacional del Voceador. Esto como una medida que reconozca la gran labor que realiza el gremio papelero para favorecer la comunicación y difusión de ideas en nuestro país.

Asimismo, este día permitirá discutir y analizar las condiciones de trabajo de los voceadores a nivel nacional.

Compañeras y compañeros,

Es nuestro deber generar acciones específicas que favorezcan la seguridad jurídica y social de los papeleros.

Hagamos justicia al rol que han jugado los voceadores en la construcción de la nación mexicana.

Honremos los gritos y arengas que dieron voz a la libertad de expresión en México.

Muchas gracias.​