En el Verde hemos buscado que el desarrollo y la aplicación de sustancias para combatir una gran variedad de plagas insectívoras y herbáceas que, de no utilizarse, disminuirían el volumen y calidad de la producción alimentaria. Siempre y cuando estos productos no sean dañinos para la salud del ser humano.

En lugares donde se practica el monocultivo intensivo, los plaguicidas constituyen el método habitual de lucha contra las plagas, no obstante; los adelantos aportados por la química han ido acompañados de una serie de perjuicios, algunos de ellos tan graves que ahora representan una amenaza para la supervivencia a largo plazo de importantes ecosistemas.

Incluso, estos plaguicidas podrían propiciar impactos negativos en la salud humana, además, de resaltar los efectos adversos en el ambiente que se dan sobre diversas formas de vida, las cuales dependen del grado de sensibilidad de los organismos y el tipo de plaguicida utilizado.

En este sentido, cabe señalar que la problemática de la reutilización de los contenedores de plaguicidas, los cuales en ocasiones son tirados en los canales de riego, ríos, arroyos, brechas, barrancas, campo abierto y en otros casos quemados o enterrados, es que generan focos de contaminación al medio ambiente, situación que representa un riesgo para la salud de las personas, la flora y fauna.

De acuerdo con la Organización para la Alimentación y la Agricultura de las Naciones Unidas, y la Organización Mundial de la Salud, los envases de plaguicidas que sean manejados incorrectamente son peligrosos para los seres humanos y para el medio ambiente.

Según el Programa Nacional de Recolección de Envases Vacíos de Agroquímicos, en México se generan aproximadamente 50 millones de envases de plaguicidas al año, lo cual equivale a más de seis mil toneladas; ante tal escenario, la SAGARPA, a través del SENASICA (Sistema Nacional de Sanidad, Inocuidad y calidad Agroalimentaria), implementó el programa "Conservemos un Campo Limpio", el cual tiene como objetivo establecer el manejo adecuado e integral de los envases de agroquímicos.

En este sentido, para el año 2014 y 2015, el referido programa contribuyó a la recolección de más de tres mil toneladas de envases vacíos de plaguicidas por año, con lo cual estos residuos dejaron de representar un riesgo de contaminación para el ambiente; sin embargo, si hacemos cuentas, solo se recolecto el 50 por ciento de los envases que se estima se utilizaron. ¿Dónde estarán tirados la otra mitad de los envases?

Así entonces, los envases de plaguicidas se identifican como residuos peligrosos por haber contenido sustancias tóxicas derivadas de su misma composición química.

Ante este panorama, con la promoción de un sistema de reducción de riesgos por medio de la recolección de envases que contuvieron plaguicidas, se protegen los recursos naturales, la salud de los involucrados en el manejo los mismos, y además se estaría protegiendo de manera integral a los consumidores.

Por lo anteriormente expuesto y considerando que la reutilización de los contenedores vacíos de plaguicidas constituyen un factor de riesgo que silenciosamente pueden afectar la salud, la vida de las personas y el medio ambiente, en el Grupo Parlamentario del Partido Verde celebramos la aprobación de la minuta motivo del presente dictamen, pues con ello se fortalece la normativa ambiental y se contribuye a garantizar el derecho humano a la salud y a un medio ambiente sano.

Es cuanto.

PARTIDO VERDE