Con la venida de la presidencia.
Compañeras y compañeros senadores.
La grave crisis política, social, económica, democrática y humanitaria que atraviesa Venezuela, más reciente, sin embargo la inminente
alteración del orden constitucional y democrático de ese país cada día es más alarmante, desde hace más de un año el Secretario General de la Organización de los Estados Americanos, la OEA, Luis Almagro, ha documentado en dos muy importantes informes las flagrantes violaciones que el régimen del presidente Maduro ha cometido en contra de los principios y valores democráticos que salvaguarda dicho órgano.
México, mediante la representación del Canciller Luis Videgaray, ha manifestado su profunda preocupación por la situación que se vive en ese país y se ha pronunciado por la liberación de los presos políticos, por que se reconozcan la legitimidad de las acciones de la Asamblea Nacional y se defina un calendario electoral se ha insistido en que el diálogo y la negociación son la vía idónea para llegar a soluciones duraderas, se han realizado distintos llamados para garantizar la efectiva separación de poderes, el respeto al estado de derecho y a las instituciones democráticas, sin embargo el presidente Maduro ha elegido dar continuidad a un sistema de gobierno fallido, inoperante y con tintes claros de totalitario, los intentos diplomáticos no han funcionado y no ha existido voluntad para transitar a un sistema democrático.
El escenario en Venezuela es alarmante, hoy no existen mecanismos para que los venezolanos puedan defender y hacer valer sus derechos. Para marzo de 2017, se cuentan ya 116 presos políticos mantenidos en condiciones inhumanas y degradantes, una cifra que se modifica de acuerdo a los ajustes que el gobierno realiza, pero que se mantiene muy por encima de los 83 presos que había cuando comenzó el diálogo en el año 2016, decenas de millones de venezolanos padecen hambre porque el gobierno es incapaz de importar suficientes alimentos para satisfacer las necesidades del país.
Luego de que el ejército se hiciera cargo de la distribución en julio de 2016, el tráfico de alimentos se hizo habitual y se estima que ahora genera ciento de millones de dólares en ganancias ilícitas, millones de personas no pueden cobrar lo suficiente para alimentarse dado que la moneda y sus salarios han perdido valor como resultado de que en el país se registran los más altos índices de inflación de todo el mundo, mientras esto ocurre el gobierno venezolano insiste en sus negativas e incumplimientos, incluso rechazando salidas diplomáticas, el apoyo del Consejo permanente de la OEA o diálogo, ha sido reprobado en varias ocasiones, incluso en términos descalificadores y agraviantes.
La semana pasada en un claro atentado contra la separación de poderes, el Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela determinó despojar de las inmunidades parlamentarias a los diputados de la Asamblea Nacional del poder legislativo de ese país y de otorgar las atribuciones del legislativo al propio tribunal que emite el fallo.
Las protestas en contra de esas resoluciones no se hicieron esperar y lamentablemente tras una serie de graves agresiones físicas en contra de aquellos que mostraron su oposición, el tribunal hechó para atrás su decisión anunciando que sólo se acotarían ciertas facultades de la Asamblea.
Compañeras senadoras y senadores la situación por la que atraviesa Venezuela es muy grave y amerita que este Senado de la República, primero: condene los intentos del gobierno del Presidente Maduro para pasar por encima de la Asamblea Nacional; condene la falta de separación de poderes efectivo en Venezuela; condene el incremento o el creciente número de presos políticos en ese país y condene la nula actitud democrática del presidente Maduro para llevar acabo elecciones que ha pospuesto de manera caprichosa.
Por lo pronto es cuanto señor presidente.
